𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 04

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Adele se puso de pie mientras la sirvienta sollozaba e inclinaba la cabeza. La gente le decía y susurraba cosas para prepararle lo que estaba a punto de ver, pero ella los ignoró y siguió caminando con cara seria.

Cuando salió del castillo, el barro empañaba su vestido, pero no había tiempo para preocuparse por la suciedad ni por los plebeyos que la miraban en el puerto.

Siguió caminando, sin importarle los plebeyos que estaban cerca del puerto que la miraban.

Pasó junto a los comerciantes que derramaban lágrimas por los bienes perdidos y el dinero ahogado.

Finalmente, llegó frente a un ataúd de madera... La tapa tenía un nombre grabado y decía "Maktus".

Arthur, el sirviente de la familia, se paró frente al ataúd y parecía que él también dudaba un poco en que viera Adele...

"Uhm, mi señora ..." Dijo mientras la miraba pero no se encontraba con la mirada ella.

Miró el ataúd y dijo: "Ábrelo". Exigió con una mirada severa.

"Creo que primero debes preparar tu corazón..."

"¡Dije que lo abras!"

No había nada que preguntar o decir después de la orden de Adele.

Arturo Hizo una pausa por un momento y luego levantó la tapa del ataúd con gran pesar.

"Ah..."

Dentro del ataúd estaba su esposo, quien había sostenido sus manos en solo unos pocos días.

Arthur lloró y trató de contener las lágrimas mientras estaba de pie detrás de ella.

"Fuimos golpeados por una tormenta, y el maestro estaba parado en la proa cuando los vientos soplaron muy fuerte sylo arrojaron al agua. Ya era demasiado tarde cuando lo sacamos..."

El cadáver de Enon Maktus dormía con un paño blanco cubriendo el rostro, esta era una tradición requerida ya que era un noble.

Cuando Adele levantó la tela con manos temblorosas, vio un rostro familiar.

Las comisuras de los ojos y la nariz, la mandíbula cuadrada, eran iguales.

Sin embargo, los pequeños labios que solían brillar de color rojo brillante se habían vuelto negros.

El cuerpo estaba hinchado con agua, y su piel estaba podrida en algunas partes.

Recordó lo que Enon le dijo cuando vio el pañuelo que una vez le había dado, arrugado en su todavía pálido pañuelo en sus manos ahora.

"Puede haber rumores solo porque este hombre tonto se casó con una esposa perfecta".

Él no la amaba. Este fue solo un matrimonio arreglado por sus padres. Él nunca la amó como su mujer.

"Esta vez, te compraré un montón de cosas que te gustan. ¡Puedes esperarlo!" Le había dicho la última vez que lo había visto.

Era un hombre amable que hacía todo lo que podía por ella. Sin duda el era una buena persona.

Era alguien con quien se sentía cómoda y eso la satisfacía. Estaba contenta con esta vida y no deseaba nada más. ¡¿Pero por qué esto?! ¿Por qué se le estaban haciendo esto a ella?

Adele tropezó cuando, en su estado de derrota, pensó que vio el fantasma de su madre muerta hace mucho tiempo en lugar del cuerpo de Enon.

'Ha vuelto a pasar...

Temblando, se sentó y se aferró al ataúd de madera, lágrimas silenciosas rodaban por sus mejillas... '¡Todos mis seres queridos me han dejado sola! Ahora perdí otro.

Su mente seguía repitiendo las palabras una y otra vez.

'¿Por qué? ¿Por qué me castigan así? ¡Puaj!"

Un gemido salió de la garganta de Adele. Sonaba como un agujero que estaba bloqueado pero con dolor, y ella jadeaba pesadamente mientras se agarraba la garganta. El terrible shock la había dejado sin aliento y tosiendo continuamente.

"Cuñada."

Se contuvo, o al menos lo intentó, y levantó la vista para mirar a Noah. Él la miraba con preocupación manchada en sus ojos. El dolor de garganta no disminuía y la tos y el luto continuaban.

Sorprendentemente, Noah tomó a Adele entre sus brazos y lentamente, ella se inclinó en sus amplios brazos. Noah envolvió su cintura con sus fuertes brazos y levantó la barbilla. Le susurró suavemente al oído...

"Despacio, exhala. Sí. así".

A medida que la respiración de Adele se hizo más lenta y comenzó a controlar su respiración, la fuerte conmoción se calmó.

Su cuerpo se inclinó hacia adelante y sus dedos tocaron el cuerpo de Enon.

Adele lo miró con ojos que habían perdido el foco.

Noah la tomó en sus brazos. "Vamos."

Dijo y la cargó de inmediato. Sosteniendo a Adele, que era más alta que otras mujeres, no mostró signos de dificultad.

Más bien, caminó con un rostro estoico hacia el castillo, quienes los vieron se movieron a los lados para abrirles paso.

Los plebeyos susurraban y chismeaban entre ellos.

"¡Dios! Su esposo está muerto. ¿Qué pasará ahora con la señora?"

"Espera, ¿no lo sabes?"

"¿Saber qué?"

"¡Ella se casará con su cuñado, por supuesto!"

"Oh, ¿cómo podría suceder tal cosa..."

"No hay nada que puedas hacer, es la ley de este país. Si el hermano muere, entonces ella se convierte en la esposa del hermano menor..."

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LPVADLGDOù les histoires vivent. Découvrez maintenant