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𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 28

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Adele sonrió amargamente mientras miraba el jardín de rosas frente a ella.

Su corazón que latía rápidamente se desaceleró.

Sí, ¿cómo podría olvidar? Desde entonces, su suegra siempre había instado al matrimonio entre Irie y Noah. Estas dos mujeres habían planeado el compromiso mientras él estaba fuera. Cuando regresó del campo de batalla, Adele recordó que Noah ni siquiera reaccionó mucho cuando se enteró de este asunto.

¿Le gustaba Irie?

Irie, que sostenía las barras de hierro, respondió a su pregunta.

“¡Todo esto es una mentira! ¡Él no puede estar casado! ¡Me envió flores y joyas! ¡Él solo me ha hecho esto a mí y a nadie más!”. Irie gritó y se sentó frente a la puerta. Se echó a llorar y luego, de repente, levantó la cabeza y miró a Adele.

“Él no debe haber tenido más remedio que continuar con este matrimonio para mantener esa ley ridícula”.

La Ley.

Es cierto que se casó conmigo por la ley, pero...

"¡O alguien le habría suplicado y obligado a hacerlo!" ella chilló.

Los pensamientos de Adele fueron frustrados por las palabras agudas de Irie, su mano inmediatamente tembló.

Lina, que estaba de pie detrás de ella, la agarró del brazo con cuidado y la apartó. Reprendió directamente a la mujer que lloraba patéticamente en el suelo.

"¡Tu! ¡Te has pasado de la raya!”.

Luego cambió su tono para consolar a su ama, “Milady, por favor, no tome sus palabras a pecho. ¡Vámonos ahora!”

Adele no pudo decir nada porque vio la mirada venenosa de Irie.

Afortunadamente, Philip corrió hacia ella y bloqueó su vista. Suspiró mientras miraba la espalda de Adele que caminaba hacia el jardín con su doncella a cuestas.

"A qué bienes." Él empezó.

Pero obviamente ella no estaba escuchando. Exigió ferozmente:

"¡Déjame reunirme con Noah!"

Philip estaba exasperado y sintió que le dolía la cabeza: “¿Por qué sigues haciendo esto? Ya le hemos enviado la carta para la cancelación de su matrimonio”.

“¡No era la letra de Noah! ¡Esa carta es falsa!”

Philip sostuvo su cabeza y, efectivamente, ya le dolía un poco.

Era una tradición que los solicitantes escribieran documentos a mano, especialmente con fines documentales y oficiales.

Pero en este caso, bueno, él escribió esa maldita carta porque Noah ni siquiera quería molestarse con eso.

Cuando Philip no habló, Irene continuó con su diatriba, incapaz de aceptar la realidad.

“No hay forma de que esto pudiera haber sucedido. ¡Soy especial para Noah! Él nunca le había dado flores a ninguna otra mujer excepto a mí…”

"¿Estás diciendo que habías recibido flores y joyas de él?" Philip decidió detener sus ridículos ensueños.

"¡S-sí!"

Esos también fueron enviados por philip por orden de Noé. A menudo se preguntaba por qué Noah se dignaría siquiera a regalarle algo. Philip suspiró y le dijo a Irie que tenía la barbilla levantada con altivez.

"¿Alguna vez has intercambiado cartas con él?"

"¿Eh? U-uhm—”

“¿Alguna vez te ha escrito personalmente una carta?”

“Bueno, él—”

"¿Lo has conocido?"

“…”

Él resopló: "Por favor, regrese, señorita". Luego hizo un gesto a sus subordinados. "Caballeros, llévensela".

A la orden de Philip, los caballeros la agarraron del brazo. Irie se quedó atónita y sin palabras esta vez y se la llevaron apresuradamente.
Después de un rato, el silencio se apoderó de las instalaciones.

Adele guardó silencio hasta llegar al castillo y luego Lina se quitó el sombrero de ala ancha. Solo habló cuando el mayordomo, James, entró en el pasillo del primer piso.

“Milady, has vuelto. ¿Ya almorzaste?” preguntó cortésmente.

Adele sonrió ante su consideración pensativa,
“No hay necesidad de preocuparse por eso. Dime, ¿tienes tiempo de sobra en este momento?”

"Por supuesto, milady".

James, un mayordomo con vetas de cabello canoso visible, ha servido a la familia Maktus de generación en generación.

Siempre fue un caballero, un hombre de la misma edad que los padres de Adele, y además era amable. Los labios de Adele se curvaron y entró en la sala de estar.

“Ven a tomar un té conmigo.

Hizo una reverencia, “El té Cellion llegó hoy. La mezcla de rosas y hierbas huele muy bien”. Mientras hablaba, una bandeja de dicho té ya había llegado a la mesa. Era muy fragante.

Adele inclinó su taza de té, saboreando el aroma. El mayordomo se sentó frente a ella y solo sonrió amablemente. Adele no pudo ocultar la inquietud en el rincón de su corazón y escupió las palabras.

"James, ¿hay alguna posibilidad de que sepas la razón por la que Noah quería casarse conmigo?"

Dudó por un momento, luego habló.

"Miladi."

Siguió con sus palabras: “Para ser honesta, sé que también tienes algunas cosas que no puedes entender por completo”.

Adele desvió la mirada y cerró la mano en un puño. "Ya que has servido a Noah desde que era pequeño, me preguntaba si sabrías sobre esto".

“Milady, no lo sé con certeza, pero”, cuando Adele levantó la vista, James se secó la frente sudorosa con un pañuelo, “el día que se fue Enon, lo escuché conversando con Noah”.

“¿Enón y Noé?”

"Sí. Eso es…” El mayordomo procedió a contarle a Adele el contenido de la conversación de los hermanos que escuchó ese día. Ella se sobresaltó y dejó su taza de té.

"Así que eso es lo que pasó".

“Sí, mi señora. Enon incluso le dijo a Noah que te cuidara, que caminara e incluso comiera contigo”.

"Así que es por eso que él..."

Adele se sintió sofocada, recordó la comida que tuvo con él y la conversación que tuvo hoy.

Sí, lo hizo por las súplicas de Enón. El matrimonio se hizo porque se sentía responsable. Por eso ni siquiera pudo casarse con su prometida.

Le reprochó furiosamente a Enon y por qué tuvo que hacer tal cosa. Era la primera vez que ella resentía a su marido muerto. Adele se cubrió la cara con las manos con desesperación.

"Milady, ¿estás bien?" preguntó el mayordomo preocupado.

"Estoy bien. Dile a los sirvientes que no hay necesidad de preparar mi almuerzo. Quiero estar sola.”

James hizo una reverencia y salió de la habitación. Las criadas también lo siguieron rápidamente a partir de entonces. Adele, que se quedó sola, miró las rosas fuera de la ventana.