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𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 21

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¿Por qué está ella aquí?

Noah se acercó rápidamente a ella cuando vio que estaba a punto de caer y la sostuvo en sus brazos.

Luego, inmediatamente tiró de ella hacia atrás y acarició suavemente su cabello castaño claro con la mano.

Noah presionó sus labios en su cabello. Adele lo miró sorprendida.

Su piel pálida, ojos brillantes y pestañas largas y revoloteantes eran tan hermosos.

También tenía muchas ganas de morder esas mejillas rojas y esos labios rosados ​​e hinchados que lo tentaban una y otra vez.

Como cualquier otro día, se recogió el pelo en una cola de caballo que dejaba ver su escote blanco.

Miró por encima de esos hombros delgados y la abrazó con más fuerza.

"No estás aquí porque me extrañas".

Él afirmó. Noah ya la conocía desde hace algún tiempo para saber que ella no le tenía ningún afecto.

Ella solo lo miró en silencio.

"¿Cuál es el problema?"

Adele se dio cuenta de que estaba en sus brazos y rápidamente trató de escapar.

Su lucha le costó un poco de fuerza, pero para Noah, era algo parecido a una adorable rebelión.

Él la miró en sus brazos con un brillo de satisfacción en sus ojos, luego desvió la mirada.

Philip, el comandante del Primer Batallón del Ejército estaba con sus secuaces y Lina estaba detrás de ellos.

El comandante se encogió de hombros mientras los miraba, incapaz de comprender la situación, como si todo no tuviera nada que ver con él.

"Acabo de guiar a la dama a la tienda".

Felipe, pelirrojo y de rostro pulcro, recordó la vez que conoció a la señora hace un rato.

Unos momentos antes.....

**********

"Maldita sea, nuestro momento de descanso no a llegado."

Frente a las barras de hierro en el campo de entrenamiento de los Caballeros Templarios, Philip miró a su alrededor.

Estaba tratando de averiguar si esa persona que estaba buscando había venido.

Desafortunadamente, no había nadie excepto dos caballeros que custodiaban la entrada.

Uno de ellos vaciló, pero luego se acercó a Philip y preguntó.

"Una pregunta para el comandante, ¿hay algún problema?"

"¿La chica de cabello rubio que vino ayer vino de nuevo hoy?"

"No la hemos visto hoy. ¿Viene de nuevo hoy? ¿Quién es ella?" el tono del otro caballero se volvió algo chismoso.

"Alguien a quien nunca podré entender. "

Ja, no hay necesidad de Philip suspiró y sacudió la cabeza.

Le dolía la cabeza al recordar a la mujer que vino ayer al campo de entrenamiento, con los documentos de divorcio en la mano, diciendo que no podía creer lo que estaba pasando.

A estas alturas, el comandante en jefe debe estar de buen humor después de cazando monstruos, pero si él sabe acerca de esto...

Qué pensamiento tan aterrador. La tez de Felipe se puso pálida.