~ ALBA ~ 20

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Tres, tres es el número de copas de vino que he contado que han sido bebidas por Daney desde que llegue del trabajo y no llevo mucho tiempo aquí.

Parece que tuvo un muy mal día.

- ¿Todo está bien? - le pregunto.

Pude notar que está más tensa de lo normal, incluso más tensa que los días posteriores a la reunión que tuve con mi madre.

- ¿Daney? - la llamo al no tener su atención - ¿Me escuchas?

Daney tiene fija la mirada y las manos en forma de puño.

¿Está enojada por algo? Podría apostar que está furiosa.

- Daney... Hey.

Tengo que tocarla del hombro para hacer que salga de sus pensamientos.

- ¿Eh? ¿Qué dijiste? - pregunta exaltada.

- Pregunte si todo está bien, pero es claro que no - tomo asiento a su lado - ¿Sucedió algo en el trabajo?

- Eh... no... bueno, sí - tartamudea.

- ¿Fue un sí o un no? - trato de tener una mejor respuesta.

- Fue un sí - bebe un trago más de vino - Tengo un caso difícil y estoy pensando en ellos.

- ¿Qué sucede? ¿Salió algo mal?

- No.… solo, me siento entre la espada y la pared. No tengo claro el camino que debo tomar.

Está muy afectada, sus puños no logran destensarse y en su mirada hay algo diferente, ¿Es odio?

No sé qué pasa con exactitud, pero está claramente debe ser algo muy serio.

No sé si es buen momento de hablar sobre lo que sucedió con mi madre.

- Lamento que te sientas de esta manera - apoyo mis manos en las suyas - Espero encuentres una buena salida. Sé que eres muy capaz, así que no dudo que lo logres.

- Sí... gracias - vuelve a empinarse la copa de vino.

No sé si debo hacerla parar ahora, creo que al ritmo que va, se emborrachará pronto.

- ¿Quieres ir a la ducha conmigo? - pregunto - Pondré la bañera para que te relajes un poco.

- No, estoy bien. Ve tú si quieres - responde seca.

- No, yo lo sugerí para hacerlo contigo - le digo - Quisiera hacer que te relajes un poco.

- Gracias, pero estoy bien, solo debo pensar.

- ¿En serio? Puedes pensarlo en la bañera.

- No, creo que no.

¿Qué? Ella no suele negarse a nada cuando algo se trata de mí. Es muy raro escucharla decir que no a pasar tiempo en la noche conmigo.

No creo que esté mal que se niegue, lo entiendo y respeto, pero siento que hay algo detrás de todo esto.

- Si no quieres bañarte, ¿Qué te parece ir a descansar? - cambio de idea - Puedo hacerte un poco de masaje.

- Cariño - toma mi mano para llevársela a los labios - Agradezco tu intención, pero justo ahora, solo necesito pensar y dormir y entrar al agua no me ayudará.

Me da un par de besos en la mano antes de dejarlas sobre la mesa y apartarse para abrir otra botella de vino.

- Ve a dormir, te alcanzaré más tarde - me da la espalda para beber a gusto.

Me levanto de la silla con la idea en la cabeza de darle su espacio, pero mi corazón me pide ir con ella, así que lo escucho y me acerco para abrazarla por la espalda.

Mi amante Where stories live. Discover now