~ DANEY ~ 29

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- ¿Por qué no me dejan pasar a verlo? Llame varias veces para avisar que vendría - gruñó con enojo.

Los malditos guardias de la cárcel no me han permitido ver a Miguel, llevo horas intentando hacerlo.

- No está en la lista de sus visitantes y tampoco es parte de su equipo de abogados, así que...

- Ya les dije que él es quien ha insistido en verme para reclutarme - repito.

- Y a usted no le hace falta escuchar de nuevo que eso no es de mi interés, si no está en la lista, no puede...

- ¿Abogada, Taylor? - alguien me nombra - ¿Qué hace aquí?

Volteo de golpe y veo al defensor de Miguel Ramírez, el abogado Lee.

- Estoy intentando ver a su cliente - contesto sin rodeos.

- ¿A cuál de todos? - pregunta sonriendo.

Este maldito sabe bien a quien busco

- A Miguel Ramírez - contestó con enojo.

- ¿Para qué? Pensé que había rechazado saber de su caso y de formar parte del equipo...

- Quiero verlo y hablar como él - gruñó.

- Bueno, eso será difícil, porque él ya cambió de opinión. Recientemente, me dijo que ya no requería de usted, que estaba interesado en otro abogado, al cual ya contacte y ya es parte del equipo.

El hombre mantiene esa estúpida sonrisa que me gustaría quitarle por el desagrado que me provoca.

- Necesito hablar con él - repito.

- ¿Sobre qué? - insiste en saber.

Daney, no puedes explotar en un lugar que está lleno de policías, recuérdalo.

- Abogado Lee - me acerco lo suficiente para que los policías no me escuchen - Necesito hablar con su cliente, sobre Sara y Alba Benet.

El abogado acentúa la sonrisa como si le diera placer lo que acabo de decir.

- Bien, le haré un favor y trataré de hacer que pase - pone su mano en mi hombro y me da un apretón en el - Espere aquí, déjeme hacer mi trabajo.

Se aleja y me deja esperando a que "haga su trabajo". No tengo más opción que tragarme todo lo que tengo por decir y esperarlo hasta que logra, de alguna manera, hacerme entrar.

Aprovecho el momento para ver el celular y notar que tengo muchas llamadas, especialmente de Alexa y Nelly.

Abro los mensajes y decido enviarle a Alexa uno diciendo donde me encuentro, con la intención de que alerte a los demás por si no salgo de aquí.

- Finge que eres la abogada, solo así pude hacer que entres - Lee susurra al regresar - Y tendré que estar presente, así que, andando.

Sigo tragándome lo que tengo por decir. Guardo silencio siguiendo al hombre hasta que llegamos a una habitación donde podemos hablar a solas con Miguel.

- Lo traerán en un minuto - un policía anuncia al dejarnos en la habitación.

Lee y yo nos sentamos quedando incómodos por la presencia del otro.

- ¿Tiene que estar aquí? - pregunto - Quiero hablar con algo que no tiene que ver con su caso.

- Yo logré que entraras, así que solo acepta lo que es posible - murmura serio.

Sé que aun así se va a enterar de todo, así que solo queda resignarme con su presencia.

- Aquí esta - alguien murmura afuera de la habitación - Tienen poco tiempo.

Mi amante Where stories live. Discover now