~ DANEY ~ 33

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Horas desde el comienzo del infierno.

Han pasado más de tres horas desde que todo mi piso está siendo amenazado por una mujer armada.

Han pasado muchas cosas y a la vez pocas.

He tenido contacto con el exterior por medio de llamadas. Hable con un policía y un hombre que se especializa en estas situaciones para intentar llegar a un acuerdo con la mujer que se ha negado a dejarnos salir, pero hasta ahora, no han cumplido con lo que la mujer pidió. Traer al abogado Lee.

- Daney - Nelly toma mi mano con fuerza.

La miro con cariño mientras acaricio su espalda.

Se supone que Nelly ya debería haber estado fuera de esto.

El primer trato que se hizo fue hacer que el abogado Lee le contestara la llamada de Ellen, pero la llamada no fue contestada y el trato de hacer que Nelly saliera, se fue a la basura.

- ¿Te sigue doliendo mucho? - le pregunto.

Nelly asiente mientras tiembla.

Esta llena de miedo, no ha podido tranquilizarse como la mayoría de la gente aquí.

- Necesito un médico - susurra hacia mí - Tengo miedo de que mi bebé esté mal.

También tengo miedo de eso, por eso intenté negociar con esta maldita loca.

¿Qué más debo hacer? Por momentos esta cuerda y tranquila, pero solo hace falta una pequeña palabra que para ella suene mal y empieza a amenazarnos a todos.

- ¿Cómo es que esta maldita mujer se equivocó de lugar? - susurro - Sigo sin entender.

Sara me mira y gira los ojos. Creo que ella lo entiende al estar igual de loca, pero yo no, no logró entenderlo.

- Hey - llamo a Nelly cuando veo que se recarga en la pared - Voy a intentar conseguirte más agua, ¿ok? Y veré si hay algo que puedas comer.

- No, no lo hagas - aprieta el agarre de nuestras manos - Sí se enoja te va a hacer daño.

- No lo hará - susurro - Espera aquí, ¿ok? Trata de estar callada para que ella no se enoje.

- Pero...

- Debo seguir intentando sacarte de aquí - le sonrió forzadamente - Tu tranquila.

Suelto su mano y miro hacia Penny y Roses, las secretarias de este piso, quienes me han ayudado muchísimo a calmar a Nelly.

- ¿Pueden cuidarla un momento? - susurro hacia ellas.

Ambas asienten para no ser escuchadas por la mujer que está viendo por la ventana.

Seguramente está viendo la cantidad de policías que hay al rededor.

- Abogada - Alexa me llama cuando ve que me muevo - Tenga cuidado.

Asiento mirándola fijamente. Ha estado más incómoda por haber quedado en el mismo rincón que Sara, que por la situación que estamos viviendo.

- Ellen - me pongo de pie para hablarle.

La mujer voltea de golpe y me apunta.

- Solo quiero pedir permiso para ir por más agua. Ella lo necesita - señaló a Nelly.

La mujer mira a Nelly frunce el ceño.

- Está bien - murmura - Vamos.

Me señala la pequeña sala donde tenemos agua, café y galletas para los abogados.

Voy hacia ahí con la mujer yendo detrás de mí con su arma apuntando a mi espalda.

Esa es la única manera en la que he podido caminar por aquí y ver a la gente que sigue en el suelo manteniendo la esperanza de salir de esto pronto.

Mi amante Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon