3. Collar.

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Hi~ Vamos bien, tres días y todavía no hemos fallado, vamos con fe en esta trama. Dios, como les dije vamos a ir poquito a poquito indagando en la sintomatología para que aparezca la gravedad apropiada, hoy es nuestro primer acercarmiento como tal. Eso. Muchas gracias por tanto.

—¿Cuándo lo hiciste? —La voz de Max rebota por las paredes de su dormitorio, el eco resulta afilado y helado igual que una estaca de hielo, Ash sabe que se avecina algo malo cuando las bisagras de su puerta se abren sin que antes le pida permiso—

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—¿Cuándo lo hiciste? —La voz de Max rebota por las paredes de su dormitorio, el eco resulta afilado y helado igual que una estaca de hielo, Ash sabe que se avecina algo malo cuando las bisagras de su puerta se abren sin que antes le pida permiso—. Tenemos que hablar, chico.

«Huye» grita la voz en su cabeza.

Corre. Corre. Corre.

—No puedo hablar ahora, estoy haciendo tarea. —Entonces se excusa y es una excusa pobre y floja.

—Estás limpiando tu cuarto, eso es raro. —Max alza una ceja, tiene las manos acomodadas sobre la cintura y esa es la pose que usa para regañarlo, debe admitir que si bien la mayoría del tiempo adora el papel paternal que el alfa adquiere, a veces es un dolor de culo (como ahora por ejemplo)—. ¿Por qué? Griff te ha pedido miles de veces que lo limpies y nunca haces caso.

—Tendré visitas en la tarde.

Eiji.

—Ah. —Hay un brillo resplandeciendo en sus pupilas azules que lo hace sentir especialmente tímido, conoce a Max desde pequeño, Griff lo presentó como su novio luego de la guerra y los tres formaron una especie de familia disfuncional que funciona, sin embargo, esa clase de mirada lo remonta a las veces en que todavía jugaban juntos y le duele—. Es la primera vez que traes a un amigo a casa.

—No es un amigo.

—¿Entonces?

—Un compañero de clase.

—Ya veo. —Lo escucha tragar duro—. ¿Puedo sentarme?

—No necesitaste permiso para entrar a mi cuarto ¿verdad?

—Cierto, cierto.

Max se ríe nervioso, se sienta a la orilla de su cama, sus palmas se constriñen en puños sudados por encima de sus jeans y Ash no sabe cómo alguien tan transparente puede ser reportero, si bien posee un largo historial familiarizado por el trabajo del periodista realmente cree que apesta en esa carrera y que debería dedicarse a ser columnista. Pero esto no es más que rumiación mental que en el fondo usa para evitar sentirse...pequeño ante el alfa. Su papá. El que cuenta. Que lo cuida. Lo apoya y ama.

—Encontré restos de vómito en el baño. —Entonces suelta, eso no puede ser verdad, Ash se aseguró de purgar en el lavamanos aunque sea jodidamente impráctico hacerlo, pero al menos evitaba estas situaciones—. Lo limpié antes de que Griff lo viera, pero prometiste que pararías.

—Viejo.

—Prometiste que está vez realmente lo intentarías.

—Si fuera tan fácil ¿no crees que lo habría intentado hace diez años? —Sonríe con sarcasmo, la rabia empieza a hervir como un caldo de cultivo en sus tripas y burbujear hasta su corazón, odia que Max toque este tema porque la discusión siempre termina en una pelea—. Estoy tratando de reducirlo.

Midnight rain [31 días de omegaverse]Where stories live. Discover now