20. Supresores.

869 104 1.2K
                                    

Hola mis bonitos lectores~ La app me está corriendo super raro, solo me notifica los votos, así que no le tengo fe hoy. Pero bueno, abajo les dejaré una notita, ya estamos de lleno en el arco final, es momento de pasar a lo potente. Mil gracias por tanto~

—Eso es todo lo que voy a decirles

Oops! Questa immagine non segue le nostre linee guida sui contenuti. Per continuare la pubblicazione, provare a rimuoverlo o caricare un altro.

—Eso es todo lo que voy a decirles. Podría decirles lo que hice después de ir a casa. —Los ojos verdes se desvían desde las gruesas y amarillentas páginas del libro para corroborar que su omega le preste la atención debida a Salinger—. Y cómo caí enfermo y todo eso, y a qué colegio se supone que iré el próximo otoño cuando salga de aquí, pero no tengo ganas. De verdad. En este momento no importa nada de eso.

—Creo que le estoy agarrando cariño a Holden.

—¿Si? —Eso es una sorpresa.

—Sí. —Musita—. Ya no es tan pesado, ahora me recuerda a ti.

—Holden no es pesado. —Defiende a su alterego recostando su cabeza hacia el respaldo amaderado de la cama del nipón—. Holden es adorable y por eso te recuerda a mí.

—Adorable mi culo.

—¡Eiji! —Aunque sí tiene un culo muy adorable.

—¿Crees que Holden es adorable? Podría responderte, pero no tengo ganas. —Ash entorna sus ojos en blanco al apreciar perfectamente las intenciones del contrario.

—Seguiré leyendo de todas maneras.

—No te estoy deteniendo.

De hecho, no lo hace y al contrario, Eiji se ha acurrucado encima de su pecho envolviendo de manera posesiva su cintura por encima de su camiseta blanca, presionando su boca encima de sus clavículas pálidas, restregándose contra su cuello igual que una bola de pelos, revolviendo su matita entintada debajo de su nariz y generándole cosquillas y al mismo tiempo haciéndolo suspirar por sus exquisitas feromonas, incluso con la marca es como si el aroma de Eiji fuera una droga solo destinada para Ash o al menos... eso le gusta creer. De todas formas no aparta al nipón, naturalmente lo acuna aún más arriba con la esperanza de que siga la lectura, Aslan está sosteniendo la novela de tapa dura con una única palma mientras la otra se encuentra demasiado contenta tocando al moreno. Arde. Acariciarlo por debajo de la frazada, besar su fleco oscuro, saborear su esencia. Todo Eiji arde. Y arde como sol.

El sol de su lluvia de medianoche.

—¿No me vas a seguir leyendo? —Entonces le pregunta con toques tan gentiles que lo terminan por derretir.

—¿Quieres que te siga leyendo? —Asiente—. Entonces pídemelo, onii-chan.

—Léeme, por favor. —El moreno agita sus pestañas y cree que lo tiene enrollado justo alrededor de su dedo—. Cariño. —¿Y a quién engaña? Es de esa manera.

—Abusas de los apodos.

—Tú los empezaste a usar. —Entonces el alfa carraspea para decir:

—Y mucha gente, especialmente ese psicoanalista que tienen aquí no deja de preguntarme si voy a aplicarme cuando vuelva al colegio en septiembre. En mi opinión, es una pregunta estúpida. —Aslan esboza una sonrisa de Cheshire al saborear la indignación de Eiji filtrándose a través de su piel y casi puede escucharlo maldecir el carácter de Holden, más, no se frena—. Quiero decir ¿cómo uno puede saber lo que va a hacer hasta que lo hace? La respuesta es que no lo sabe. Yo creo que sí.

Midnight rain [31 días de omegaverse]Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora