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                         AILA

Las luces del Club me recibieron con todo su esplendor cuando entré al lugar, la música sonaba a todo volumen y las personas bailaban de un lado para el otro sin vergüenza, luciendo los pasos de baile más penosos y divertidos que había presenciado en mi vida, todo se veía sumamente moderno y el ambiente era muy relajado.

El Club era solamente pata jóvenes, por lo que no se veía a ningún adulto por los alrededores.

¡Perfecto!

Estaba segura de que podría encontrar fácilmente una buena presa, de eso no tenía la menor duda, pues, me había puesto exquisitamente sexy esa noche, me había esmerado como nunca en mi aspecto. Un hermoso vestido negro traslúcido excesivamente corto adornaba mi cuerpo, amoldándose perfectamente a mi cintura y resaltando mi busto y mi trasero, llevaba unos tacones del mismo color, altos  de taco fino, muy elegantes y sofisticados, me había recogido mi rebelde cabello rubio en una cebolla alta y elegante, con pequeños rulos que caían por mi rostro y el maquillaje era bastante sencillo, pero eso sí, mis labios pintados de un rojo intenso, haciéndolo lucir muy suaves y provocativos.

Mi aspecto gritaba “sexo” por dónde me mirasen, y eso era justo lo que andaba buscando, nada de líos amorosos, para eso ya tenía a Maxwell esperándome en la mansión.

Eso último me sacó una sonrisa, pues, al salir me había encontrado con Melissa desfilando en los iluminados pasillos de la mansión casi desnuda, solamente cubierta por una camisa roja de Maxwell, cosa que me molestó bastante, pero jamás se lo demostré y por el contrario le sonreí abiertamente, como nunca antes lo había hecho, cosa que claramente la descolocó, pero lo que estoy segura que más a impresionó fue lo que le dije:

-Melissa, puedes por favor decirle a Maxwell que voy a salir y que llegaré bastante tarde –susurré- Ah y también que no me llame, tendré el celular apagado, dile que esta noche la que se va a divertir soy yo

Después de eso le guiñe un ojo y me retiré a paso rápido, y tal y como esperaba, a solo segundo de estar montada en mi auto mi celular sonó con el nombre de Maxwell pintado en la pantalla, cosa que me hizo sonreír enormemente, pero sin embargo, le colgué y tal y como dije apagué mi celular, y active en el GPS del coche en dirección de este Club, del cual Lillie fue la que me pasó la dirección.

Y ahí me encontraba justo ahora, con la primera parte del plan completada y con un tragó de Whisky en mis manos mientras observaba a mi alrededor, buscando a la persona correcta para concretar la segunda parte de mi plan y devolverle a Maxwell Jefferson todo lo que me había hecho en esos días.

Mi madre decía que Maxwell era vengativo, bueno, yo le iba a enseñar que si me lo proponía, no había nadie más vengativa que yo.

Y es que ya estaba harta de la situación, odiaba que Maxwell se creyera con el derecho a presionarme de esa manera, solo yo podía decidir si quería seguir o no con ese estúpido juego, y sus imposiciones no iban a ser que yo cambiara de idea, lo único que Maxwell lograba con eso era enojarme muchísimo y hacer que me revelara más. Aunque debía admitir que mi parte racional había sido totalmente silenciada por mis hormonas y mi lado irracional, por lo que ya podía aceptar libremente que sí quería continuar con ese juego prohibido que Maxwell y yo habíamos comenzado prácticamente desde mi llegada a su vida, sin embargo, se haría cuándo, dónde y cómo yo quisiera, la última palabra la tendría yo.

Le demostraría a Maxwell Jefferson que a mí nadie nunca me había logrado doblegar, y por supuesto que él no sería el primero, jamás, así que le daría donde más le dolía, en su orgullo.

Con eso en mente, bebí de un solo trago lo que quedaba en mi vaso y me levanté del asiento de la barra con un espléndida sonrisa en mis labios, con pasos lentos pero seguros me dirigí hacia la pista de baile, esa noche me había propuesto pasarla en grande y no dejaría que nadie lo arruinara. Los lentos movimientos de mis caderas no se hicieron esperar y me sentí “sexy” nuevamente, me encantaba bailar, era una de mis grandes pasiones y siempre disfrutaba cuando lo hacía, así como también trataba de lucirme en mi máximo esplendor.

Pasión & PoderWhere stories live. Discover now