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AILA

¿Cita doble?, si, eso era justo lo que estaba teniendo en estos momentos, a Maxwellk se le ocurrio la brillante idea de salir a una cita doble con Landon y Lillie, y la verdad, no era que me molestara, claro que no, más bien era que no me sentía muy bien que digamos, no tenía ganas de levantarme de la cama y menos de salir.

Pero termine haciéndolo, solo porque Maxwell me insistió, ya que quería que saliera y me divirtiera, y yo lo entendía, se que el esta preocupado por mi, y todo esto se arreglaría si yo le dijese la verdad, pero si se enteraba de mi embarazo me iba a presionar aún más y yo no quería eso, además de que tal vez, a él no le hiciera mucha gracia el hecho de que estuviéramos esperando un bebé y eso me aterraba demasiado.

Maxwell y Landon estaban conversando muy alegremente mientras el último conducía rumbo hacia nuestro destino,  en cambio Lillie  y yo no habíamos dicho una palabra en todo el camino, yo no tenia animos para nada y ella lo sabía, por lo que agradecía en el alma que no intentara entablar una conversación cuando sabía que no me sentía bien, pues mi mente no estaba muy en su sitio, la verdad.

Dos horas después finalmente llegamos al lugar, me quede anonadada al ver lo hermoso que era la cabaña, y tenia una vista al mar increible, esa debía e ser una de las tantas casas de verano de Maxwell.

Cuando finalmente estuvimos instalados, pasamos un día perfecto, llena de risas y bromas, también algunas discusiones por parte de Landon y Lillie, aunque nada serio, de hecho, eran por tonterías y verlos enojar me hizo pasar un rato muy divertido.

Finalmente la tarde había caído, por lo que Maxwell y yo fuimos a dar un paseo por el mar, mientras que Lillie y Landon se quedaban a preparar la cena.

Maxwell tenía una de nuestras manos entrelazadas y me dejaba pequeñas caricias en la palma de esta de vez en cuando, el Sol iba desapareciendo en el horizonte dándole al momento un tono mágico y muy romántico, me encantaba pasar tiempo con él, solo nosotros dos y sabía que cuando se enterara de mi embarazo tal vez no le gustara la idea, y eso me asustaba, me asustaba mucho su reacción y esa era otra de las razones por las cuales no le podía contar nada todavía, tenía miedo.

Miedo a que me dejara sola, miedo a que me pidiera abortar al bebé, miedo a perderlo a él y sabía que estaba mal pensar esas cosas del hombre que quería, pero no podía evitarlo.

-He pasado un día increíble, muñeco, ha sido un dia hermoso -confesé con un suspiro.

-Me alegra que te haiga gustado, últimamente has estado muy decaída y solo quería sacarte una sonrisa

-Bueno, déjame decirte que hiciste un buen trabajo -sonreí.

-¿Si? -preguntó con tono inocente.

-Sí -asentí- Sabes, deberíamos hacer esto más amenudo, te la pasas todo el tiempo en el trabajo y casi no tienes tiempo para mi, pero para la próxima deberíamos venir con todos

-Mnnn, no se, Aila

-¿Cómo que no sabes? -alcé una ceja.

-Yo prefiero venir solamente contigo para la próxima, y de paso te cocino algo rico

-¿De verdad? -pregunté ilusionada.

-Claro, ¿acaso lo dudas?

Negué divertida al escuchar el tono indignado en el qué me lo había preguntado.

-Es que no te imagino a ti en la cocina muñeco, sin duda eso sería algo entretenido de ver

-Bueno, en realidad no se cocinar -confesó- Pero por ti soy capáz de convertirme en el mejor de los cocineros

Pasión & PoderWhere stories live. Discover now