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AILA 1/2

La desesperación que sentía desde que partimos en busca de Maxwell aumento desmesuradamente al llegar al lugar y observar cómo la cabaña en la que se encontraba ardía en llamas.

Me baje del coche sin dudarlo tan siquiera un minuto y me aproximé al lugar a paso rápido, para mí mala suerte, los brazos de Henry me detuvieron antes de que pudiera entrar en la casa.

Hice el intento de safarme de su fuerte agarre, pero el me retenía con demasiada fuerza, pegándome a su pecho.

-¡Sueltame! -grite- Maxwell está allí

-Cálmate Aila, la casa está en llamas -trató de razonar conmigo- Deja que la policía se encargue

-N-no -solloce- No hay tiempo

Los ruidos de unos disparos se comenzaron a escuchar por todo el lugar, haciendo que Henry me tumbara rápidamente al piso y se pusiera sobre mí, protegiéndome de cualquiera amenaza para mí o mis bebés

Me encontraba un poco/bastante desorientada, y el miedo de que algo malo le hubiera sucedido a Maxwell no me dejaba respirar.

-¿Qué está sucediendo? -pregunté alarmada.

-La policía y Melissa están en un fuego cruzado, y nosotros estamos en medio -dijo Henry.

Alcé un momento la cabeza para tratar de ubicarme lo mejor posible, Landon y Donnan estaban refugiados a unos metros de nosotros, tapados por los coches en los que habíamos llegado.

El cuerpo sin vida de quién supuse era una de los hombres de Melissa se encontraba tendido frente de la cabaña, a la mencionada no la veía por ningún lado, y eso me asustó, no quería que se escara de su castigo la muy maldita.

Sin embargo, eso no fue lo que más llamó mi atención, sino observar cómo Samuell entraba velozmente a la cabaña, aún cuando las sobrenaturales llamas la habían demorado casi por completo.

-No, Henry, Samuell entro en la cabaña -dije con voz rota.

El mencionado levantó la mirada rápidamente, preocupado igualmente por sus amigos, yo por mi parte, sentí un nudo en la boca del estómago, que se disipó al ver cómo Samuell salía con un inconsciente Maxwell entre sus brazos.

Henry me soltó y se acercó a ellos rápidamente, tratando de ayudar a su amigo, yo por mi parte, tampoco me quedé detrás y me acerqué a ellos igualmente, importándome muy poco los disparos a mi alrededor.

Al llegar, tomé la mano de Maxwell con cuidado, pues está estaba llena de quemaduras, las lágrimas inundaron mis ojos al ver lo mal herido que se encontraba.

-No, mi amor -susurré- Por dios santo, ¿Que te hizo esa loca?

-Lo que se merecía

La voz rabiosa de Melissa me hizo levantar la mirada al instante encontrándome con su oscura mirada, la muy maldita estaba apuntando nos con un arma, mientras una sonrisa danzaba en sus labios.

-Aunque lastimosamente no pude verlo arder a mi gusto -dijo con una mirada escalofriante- Pero por el estado en que se encuentra, no creo que aguante mucho

-Eres una maldita -dije con rabia- ¿Cómo has podido hacerle esto?

-Se lo merecía -escupió- Si se hubiera quedado conmigo nada de esto hubiera pasado

-Melissa -la llamó Samuell- Baja el arma, por favor

Está lo miro con una sonrisa siniestra, y por el contrario, le quitó el seguro al arma y volvió apuntarme, directamente a mi vientre.

Un escalofrío surcó todo mi cuerpo, obviamente estaba aterrada, sin embargo, no se lo demostré, no le daría tal satisfacción.

-Claro que la bajaré -susurro- Luego de desaserme de esos bastarditos que lleva Aila en el vientre

Las llamas que consumían la cabaña estaban creciendo cada vez más, y nosotros aún estábamos en la entrada de la misma, teníamos que movernos de allí sino queríamos terminar calcinados.

Una inmensa nube de humo negro nos rodeaba, lo que me hizo saber que la policía no podía vernos con claridad, por lo que tampoco podrían ayudarnos.

Maxwell soltó un quejido de dolor, y yo no pude hacer nada más que tomar su mano más fuerte, íbamos a morir, lo sabia muy bien.

-Adios, Aila Saldivar -dijo Melissa.

Samuell conectó miradas conmigo por una breve fracción de segundos, un perdón silencioso danzaba en sus ojos negros, perdón que nos entendí muy bien hasta ver cómo saltaba en dirección a Melissa, con tal fuerza que terminaron callendo dentro de la cabaña.

Las llamas nos impedían la vista por completo lo que sucedía allí dentro.

Me quedé petrificada en mi lugar, sin prosesar aún lo que había sucedido, solo pude reaccionar cuando Henry me tomó del brazo con fuerza obligándome a pararme.

-No, Samuell -protesté- Tenemos que hacer algo Henry

Lloré de impotencia y rabia mientras me negaba a moverme, lo que hizo que Henry me girará a él con fuerza, obligándome a mirarlo a los ojos.

-Tenemos que irnos, Aila -suplicó.

-No, Samuell está allí adentro

-Lo sé, primero tengo que ponerlos a Maxwell y a ti a salvó, luego volveré por Samuell

Asentí con la cabeza, miré una última vez la cabaña, antes de ayudar a Henry a cargar el cuerpo de Maxwell.

Sin embargo, tan solo habíamos avanzado uno cuántos metros, cuando la inmensa cabaña a muestras espaldas: Explotó.

Con Samuell dentro de ella.



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