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MAXWELL

Otro día ocupado en el trabajo, tenía muchos contratos y reuniones pendientes por estar tanto con Aila en esta última semana, pero que más podía hacer, tenía que encargarme de que se alimentara bien y descansara, ella todavía tenía mareos y náuseas constantes y yo no quería dejarla sola, pero tampoco podía descuidar la empresa, así que aquí estaba, en la empresa de Samuell esperando a que él me pudiera atender, necesitaba que me diera unos papeles que me hacían falta para cerrar un contrato que tenía en la tarde.

Los chicos al enterarse de que Aila estaba embarazada reaccionaron de muchas formas, Donnan pensaba que era una broma así que no nos creyó, Samuell ni siquiera se inmutó y Henry, bueno él casi me mata, pero estaba muy contento por mí, todos lo estában, eran mis mejores amigos y sabía que siempre me apoyarían en todo.

Las puertas de la oficina de Samuell se abrieron, pero no fue él quién entró, sino Melissa, la cual tenía una gran sonrisa en su rostro.

Me tensé al verla, no quería que se acercara a mí, había llegado a desagradarme su cercanía, me incomodaba y no quería tener más problemas con Aila, y menos ahora que está más delicada debido al embarazo.

Ella caminó hasta quedar frente a mí, cogió mi brazo y se acercó a mi rostro para darme un beso en la cara, yo no la quité porque a pesar de todo no quería ser desagradable con ella.

-Hola, Maxy

-Hola -respondí tenso.

-Uy, que seco

Suspiré pesadamente, no estaba para sus juegos, yo solo quería terminar con esto de una maldita vez para así poder estar en la casa con mi mujer.

Pero al parecer Melissa no tenía esos planes, ya que empezó a desabrocharse la blusa hasta quedar en ajustador frente a mí, yo aparté la vista de su cuerpo, no podía creer que ella estuviera haciendo esto.

-Cambia esa cara, Maxwell

-¿Dónde está, Samuell?

-Tenía una reunión importante y me pidió que te entregara los papeles

-Pues apúrate, soy un hombre ocupado

-Relájate, no te voy a quitar mucho tiempo -sonrio coqueta.

Se separó un poco de mí y se inclinó sobre el escritorio de Samuell, cogió una carpeta negra y me la entregó con lentitud.

-Mira, estos son los documentos que te hacen falta

Cogí la carpeta mientras que ella me agarraba del brazo, yo me liberé de su agarre un poco brusco y la miré serio.

-Si a partir de ahora me tengo que encontrar contigo cada vez que tenga que venir a esta empresa, prefiero decirle a mi secretaria que se encargue de eso

-Hay Maxwell, por favor, ¿no puedes dejar a un lado el tema personal?

-No, no puedo -dije irritado- No cuando estás desvestida frente a mí, e, insinuandote como una cualquiera

Ella me tomó de la camisa he intentó desabrochármela, pero yo traté de quitar sus manos sin éxito alguno ya que ella me agarraba con mucha fuerza y a pesar de todo yo no quería lastimarla, ella era una mujer y yo no usaría mi fuerza con ella.

-Maxwell, ya, ¿estás insinuando que yo soy una cualquiera?

-Las acciones hablan más que las palabras

Me solté de su agarre y la empujé con un poco de fuerza, haciendo que ella retrocediera y quedara contra el escritorio, pero ella no sé rindió y me jaló del brazo haciendo que yo quedara frente a ella y nuestras cuerpos muy pegados, ella empezó a tocarme mientras yo trataba de que me soltara de una buena vez.

Pasión & PoderWhere stories live. Discover now