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AILA

La mirada que Maxwell le dedicaba a mi madre no me gustaba en lo más mínimo, y no era porque estuviera celosa, o notara que aún había algún tipo de sentimiento de su parte hacia ella, era todo lo contrario, la miraba con rabia, fastidio, decilucion y una leve pisca de melancolía, no sabría muy bien como describirlo, esa batalla de miradas que ambos estaban rotagonizando me tenían sumamente incómoda, y por lo que veía, a Henry también comenzaba a molestarle.

Maxwell no le respondió el saludo a mi madre, y por su parte solo asintió con su cabeza a modo de saludo, y luego se volvió a girar hacia Henry, el cuál también estaba pendiente de la reacción de Maxwell al ver a mi madre y al parecer, la actitud que estaba teniendo no era la que esperaba.

-Vamos a mi despacho Henry -propuso Maxwell -Tenemos cosas que hablar

-Como quieras, Maxy -sonrió suave- ¿Y los chicos no vienen a recibirme?

Su tono de voz bajó unos decibeles, demostrando así un poco de desilusión al no ver al resto de los que aún consideraba sus mejores amigos, por mucho que la situación hubiera cambiado y ellos hubieran estado distnciados por bastantes años, Henry aún los quería, y lo podía notar en su mirada triste.

-De hecho, no sabían nada, no tuve tiempo de habisarles -confesó apenado- Pero ahora mismo los llamo

-No puedo esperar para verlos

Dijo con una gran sonrisa en el rostro, se veía demaciado felíz de poder estar con sus amigos de nuevo, aunque no entendía muy bien la reacción de Maxwell con él, tan calmada y conciliadora, se suponía que debería estar enojado ¿no?, lo que Henry le había hecho fue una traición muy grande. Aunque, Maxwell no tenía moral para reclamarle nada, pues él se lo hizo a Samuell.

-Yo tambien estoy seguro de que ellos se pondrán muy contentos al verte

Dijo con una sonrisa igual de grande que la de Henry, algo que pareción calmar un poco los nervios del anterior mencionado, tal vez ver que su amigo parecía haber olvidado todos los rencores del pasado y por fin poder tener un relación como la de antes.

-No se vayan -intervino mi madre- Es de mala educación dejarnos solas

-Esta es mi casa -la voz dura de Maxwell me estremeció- Yo me puedo ir cuando quiera

Maxwell la miró serio, sabía que no era bueno que ellos dos pasaran tiempo juntos, eso podría terminar muy mal, así que decidí intervenir antes de que empezarán a discutir y arruinaran el ambiente tranquilo que se había formado.

-Déjalos mamá -intervine- Ellos tiene mucho de que hablar y nosotras también

-Es cierto, amor -dijo Henry de manera suave- Quiero pasar tiempo con mi amigo

-Como quieran -bufó un poco molesta.

Mi madre se giró hacia mí y nos sentamos en el gran sofá de la sala, Maxwell y Henry se dirigieron al despacho del primero y se encerraron allí.

Mi madre me cogió la mano dulcemente atrayendo mi atención hacia ella, y me dedicó una gran sonrisa.

-Te extrañé mucho Aila, aunque tú no lo hayas hecho -sonrió triste.

-¿Por qué dices eso mamá?, Claro que te extrañé

-Bueno, no me llamaste y por lo que sé, estabas muy ocupada con Donnan

Me puse seria al instante, ¿por qué mi mamá hablaba tanto de Donnan?, tenía que aclarar las cosas antes de que los chicos llegarán y mi madre se pusiera a interrogar al pobre Donnan.

-Mamá, Donnan y yo no somos nada -suspiré con cansacio.

-¿Cómo? -preguntó sin entender- Pero si tú me dijiste que estabas con él

Pasión & PoderWhere stories live. Discover now