Capitulo 10

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Sakura se quedo mirando al muchacho por su risa espontanea ante su comentario, Sasuke se acomodo en su sitió y suavizo su mirada ante la chica.

- Hola Sakura ¿estás conforme? – preguntó aún con una sonrisa en su rostro, la muchacha asintió tímida, la reacción del muchacho la tomo por sorpresa – Quiero aclarar algo – Sakura volvió su vista al muchacho.

- No me desagradas ... quiero que quede claro eso – Sakura alzo una ceja.

- Y supongo que tampoco te caigo bien – Sasuke volvió a sonreír ante la respuesta de la pelirosa.

- No me caes... puesto que no te conozco y para ser sincero no me interesaba conocerte, pero sé que le gustas a Obito y eso para alguien como él... es serio, así que con eso ya tienes mi consideración- Sakura se sonrojo levemente, Obito le había hablado de ellos a Sasuke y por la forma que lo decía tenía cierto aire de seriedad, internamente sonrió por eso,

- Supongo que podremos hablar más de aquí en adelante ¿no? – preguntó la pelirosa.

- Si, y aprovechando que estamos hablando supongo que ya sabes lo de Rin – Sakura sintió sus entrañas arder al escuchar el nombre de la castaña, asintió – Ella vendrá en un par de días a una reunión imagino ya estás enterada.

- Si, Obito me hablo de lo sucedido – respondió con desgano mientras se apoyaba en la pared y su vista apuntaba al suelo – Es muy extraño que haya montado todo ese circo si inmediatamente la van a descubrir- reflexiono en voz alta.

- Creo que todos piensan similar, pero al ser hija del Mizukage no es tan simple.

- ¿Quiénes estarán la reunión? – pregunto la pelirosa con interés, asumía que Obito y su padre estarían presentes.

- Madara, mi padre, Itachi y Obito... Rin asistirá con dos escoltas.

- Tengo un mal presentimiento – Sakura, sentía que toda esa situación era forzada, la expresión de Rin al tener esa carta en sus manos, le dio la sensación de que la castaña esperaba por esa invitación.

- Nada sucederá, lo más probable es que esa loca nos amenace, además Madara odia a la aldea de la Niebla, no sé qué tanto podrá amenazar ya que militarmente Konoha está mejor posicionado que la Niebla, asumo que será más parloteo- argumento en forma cansina, la muchacha escucho cada palabra, no podía dejar de preocuparle, más allá de los celos que sentía por la castaña. Por un lado, le alegraba contar con Sasuke, intuía que era bastante selectivo con sus amistades y no tenía pelos en la lengua para decir lo que sentía por tanto era una persona transparente.

Sakura se dirigió a su habitación, Obito aún no llegaba de su misión, era tarde y sus parpados pesaban y ya era hora de descansar. Mañana sería un largo día, nuevamente tendría que ver el rostro de Rin y eso le provocaba ansiedad, que desagrado ir a trabajar con esa mujer pensaba la joven.

Obito llego tarde esa noche a la mansión, camino sigilosamente por los pasillos para no incomodar a nadie con su presencia, se dirigió a su habitación, hecho un vistazo rápido a la habitación de Sakura, estaba cerrada e imaginaba a la joven durmiendo en su cama, recordó la noche que durmieron juntos, esbozo una sonrisa por ello, comprendía que ella no estuviera lista para algo más íntimo había una diferencia de edad y de cultura que aún se veía como un abismo entre ellos, pero no descartaba la idea de que pronto la haría suya. Siguió caminando y noto su habitación abierta y una luz en su interior, se asomo con cautela y vio a su padre mirando por la ventana.

- ¿Padre? - llamo Obito al mayor, este se giró lentamente.

- Obito, cierra la puerta y acércate- indico Madara en tono neutral, Obito obedeció y se acercó un poco dubitativo a su padre. Si bien ellos eran familia, Obito desde que tenía conciencia nunca recordó a su padre como alguien cariñoso, las únicas veces que podría detectar cariño por parte del mayor era cuando elogiaba sus logros o avances en los entrenamientos, sin embargo, siempre falto en su vida el amor materno y fragilidad de una mujer. No lo tuvo, su madre falleció al dar a luz. Aquel hito mutilo en Madara todo lo afectivo que podría haberle entregado a su hijo. Obito se empecino en entrenar y mejorar sus habilidades de esa forma su padre estaría orgulloso de él, era una buena herramienta para la guerra, de lo contrario no tendría su atención. El joven Obito conocía sus habilidades y también era consciente de las áreas que no manejaba a cabalidad, sabía que no era un buen estratega, se considera un poco haragán y no sentía que fuese un buen líder o quizás tampoco era algo que llamara su atención. Eso suscitaba discusiones con su padre "Algún día tu te harás cargo de esta aldea" No era una responsabilidad que el deseará. Reconocía a Itachi, por lejos, como un mejor político y líder. Por eso su padre apreciaba tanto a su sobrino, probablemente era el hijo que habría deseado, eso pensaba Obito.

BESOS COLOR ROSA  (OBISAKU)Where stories live. Discover now