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nos sentamos a comer uno enfrentado al otro, él había comprado una pizza y yo serví uno de los tantos vinos que tenía guardado

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nos sentamos a comer uno enfrentado al otro, él había comprado una pizza y yo serví uno de los tantos vinos que tenía guardado. todos eran regalos de mi padre que nunca usaba, decía guardarlos para ocasiones especiales, supongo que cenar con lisandro era una de ellas.

- ¿te gustan mucho los vinos? - me preguntó el defensor argentino luego de tomar un sorbo de la copa que le había servido, pude ver como de reojo observaba la pequeña bodega que tenia en el salón

- ponele, a mi papá le gusta regalarme botellas. sabe que no los tomo seguido pero sigue dándome más - expliqué tomando una porción de pizza, no tenía demasiada hambre porque había merendando hacia muy poco tiempo pero no le podía decir que no a la comida

y no le podía decir que no a él.

- ¿por qué no tomas seguido?

- como estamos de preguntones hoy

ambos nos reímos, siempre el ambiente entre nosotros era ligero, me hacía sentir cómoda con él.

- te voy a robar el puesto

volvimos a reír, me tome un tiempo para tomar un poco de vino y pasar mi lengua por mi labio inferior. acción que no pasó desapercibida por él, pude ver como su vista estaba posada en mis labios logrando que el nerviosismo se apodere de mi.

me quedé callada unos segundos y él me miró alzando ambas cejas, parecía divertirse ante mis nervios. trague en seco para poder responder.

- los guardo para ocasiones especiales

evite su mirada al decir aquello, me daba vergüenza toda la situación.

- no me ilusiones, rubia ¿esto quiere decir que soy especial?

- ya quisieras ser especial para mí

estaba mintiendo, se estaba convirtiendo en alguien imprescindible en mi vida y eso me asustaba demasiado.

- ¿cómo te sentis para mañana? - pregunté intentando cambiar de tema, algo que no pasó desapercibido por su parte debido a que se soltó una corta risa

- ¿la verdad? nervioso, no quiero perder otra vez

el ambiente cambió al instante, se lo notaba triste al hablar del partido. algo que tendría que darle alegría lo estaba haciendo mierda por dentro, sabía que se culpaba por las últimas dos derrotas.

- sabes que no son tu culpa las últimas dos derrotas ¿no?

- ¿cómo no van a ser mi culpa? soy nuevo en el equipo, encima defensor y nos metieron cuatro

me paré de mi asiento para sentarme a su lado y así poder apoyar mi mano sobre su hombro.

- licha, no es tu culpa. estas en proceso de adaptación, es un nuevo país y un nuevo equipo. si pierden lo hacen todos, no vos solo. que te quede claro eso

london boy | lisandro martinezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora