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la vida con dos hijos más un marido y un trabajo estable a veces se me venía cuesta arriba, más cuando me tocaba cubrir el partido y lionel no paraba de llorar en mis brazos.
lio había sido nuestro segundo hijo junto a lisandro, quien había insistido demasiado que lo llamaramos como messi que no pude negarme, a él no le importaba que el mejor jugador del mundo sea actualmente su amigo, necesitaba de alguna forma honrarlo y para él aquella era la mejor.
dalila a mis pies se encontraba jugando con unas muñecas a la espera de que los pudiera subir al palco con karen, quien ya se encontraba con valentin para ver el comienzo del partido del united contra el tottenham. dali era de lo más tranquila y jamás me generaba un problema, a diferencia de lio que era increíblemente apegado tanto a lisandro como a mi.
— lio, mi amor, mamá tan solo se va a ir un ratito, vos te podes quedar con dali jugando y mirar a papá en el partido — dije meciendolo un poco en mis brazos, él tenía tres años por lo que comenzaba a comprender las cosas que le decía por lo que negó con la cabeza y se aferró fuertemente a mi cuello, le acaricie la espalda con mi preocupación aumentando
estaba muy agotada y realmente el partido estaba por comenzar, no podía comprender porqué no lograba calmarlo.
en el momento que los jugadores comenzaron a salir al campo de juego supe que ya iba a estar tarde, no iba a poder hacer una cobertura completa como realmente me gustaba, pero también me importaba poco, mi hijo por alguna razón que no me expresaba en palabras me necesitaba o necesitaba algo que yo no podía darle en ese momento.
cuando lisandro pasó a mi lado me miró extrañado y paró su paso en seco, era el capitán por lo que iba primero logrando que toda la fila se retrasara, por consiguiente también lo hizo la del tottenham liderada por el cuti, quien le dio un asentimiento a lisandro.
— ¿qué pasa amor? — preguntó cuando llegó a mi lado en un susurro, no podía retrasar mucho el partido porque le podía caer una sanción tanto a él como al equipo, aunque aquello no parecía importarle a los hinchas, quienes presenciaron toda mi situación donde no podía calmar a mi hijo y aplaudieron apenas lisandro aparecio en la escena
lo amaban a él y, por alguna razon, amaban nuestra familia.
— no puedo calmarlo gordo, esta llorando desde que entraste al vestuario — respondí meciendolo con un poco más de ritmo, comenzaba a sentirme la peor madre del mundo, se suponía que me era fácil calmar a alguno de mis hijos cuando estaban llorando
— a ver, dejame intentarlo a mi — agregó tomando a lionel en sus brazos, quien abrió los ojos al ver a su padre y se aferró a su cuello — ¿qué pasa campeón?
— te extrañe — dijo lionel con los ojitos brillantes por el llanto y mi corazon se derritió en ese mismo instante
dali a mi lado se paró y tironeo de mi pantalón logrando que la tomara en brazos, todavía no era lo suficientemente grande como para que dejara de hacerlo, siempre que pudiera lo iba a hacer.
— yo los extrañe a ustedes dos hermosos pero ahora necesito que se comporten para que mamá y yo podamos trabajar ¿si? — dijo lisandro inclinandose para darle un leve beso a cada uno de nuestros hijos
lionel y dalila asintieron por lo que lisandro me pasó a lio para que lo alzara, a veces debía hacer un poco de malabares pero podía continuar teniendo a los dos en brazos a pesar de que no paraban de crecer con rapidez.
— dios sos un padre excelente, no sé qué haría sin vos acá — dije una vez me acomode con los dos, lisandro me sonrió y se acercó para darme un pequeño beso, sin importar que el partido continuara demorado por nosotros y que nos estuvieran viendo miles de personas
para él siempre estabamos primero nosotros.
— vos sos una madre excelente, no te mates porque por primera vez no pudiste calmarlo ¿si? tranquila que estas haciendo todo bien, sin mí seguirias igual de increíble
como siempre, él tenia las palabras justas en el momento indicado. le di una sonrisa y esta vez fui yo la que me acerqué para besarlo, escuchando aplausos incluso más fuertes por parte de los hinchas del united.
— dale pollera que nos van a matar si seguimos atrasando esto — escuche de lejos a cristian por lo que me separe de lisandro, el cordobés tenía razon, lo que menos quería era perjudicarlo a él o al equipo
— anda a romperle el orto amor, te amamos — dije en un susurro no tan susurro, completamente a propósito para que cristian escuchara
lisandro soltó una risa y dandome una última mirada contestó.
— yo los amo a ustedes
una vez estuvo al lado del cordobes, este clavó sus ojos en mi y me señaló.
— te escuché gila, mira que no me va a importar que sea el padre de mis sobrinos, el que lo va a hacer mierda voy a ser yo a él
— ya quisieras poder negro
sin decir más nada se adentraron para volver a realizar la salida y yo me dirigí con la mayor rapidez que pude hacia los palcos para entregarle mis hijos a karen, quien junto con valentín se alegro al verlos.
