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mis manos sudaban más que nunca, ya ni podía llevar la cuenta de las veces que había pasado la palma sudada sobre mi jean

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mis manos sudaban más que nunca, ya ni podía llevar la cuenta de las veces que había pasado la palma sudada sobre mi jean. antes de que comience el mundial no había sentido nada de miedo, ni ansias, ni nervios pero ahora que estaba en la cancha, junto a leonela, valentina y camila, podía sentir como todo si toda emoción dormida se hubiera despertado.

había charlado con lisandro antes de que comience el partido debut de la selección argentina, se lo notaba muy entusiasmado aunque comenzara desde suplente. como hincha me parecía hermosa la unión que se notaba en el grupo, confiaban plenamente en el otro y eso nos daba a la gente la suficiente confianza para creer que esta vez la copa iba a ser nuestra, que íbamos a poder traer la copa a casa otra vez.

la esperanza del equipo se vio desvanecida en el mismo instante en el que a la selección le metieron dos goles en cinco minutos, dejando ver baches de frustración y angustia. la hinchada no se escuchaba tan fuerte  como antes, nos habían bajado de un ondazo a la tierra.

por suerte no me tocaba cubrir el partido, comenzaría a partir del encuentro contra mexico. no me hubiera podido concentrar en pensar en preguntas o intentar buscar algo objetivo entre tanta tristeza, solo podía pensar en lisandro y en las ganas que tenía de abrazarlo para que no estuviese triste. lamentablemente iba a tener que esperar hasta el día siguiente para poder verlo.

me mataba ver desde lejos su cara de tristeza, ninguno se esperaba una derrota frente al supuesto rival más débil del grupo, siendo nosotros uno de los favoritos a ganar la copa. a partir de ese momento iba a ser una lucha constante con la cabeza, quería estar para mi novio en todo momento para que no le jugara en contra, no cuando la selección lo necesitaba más fuerte que nunca.

viaje en el taxi junto con valen, cami mayan, leo y oli, la hija de enzo. las cuatro, luego de habernos conocido en profundidad en las fechas de amistosos en estados unidos y por asia habíamos decidido hospedarnos en el mismo hotel, para no estar tan solas durante el tiempo que la selección se encontrase en qatar, deseando que sea hasta el dieciocho de diciembre.

durante todo el trayecto estuvimos en silencio, como si todas quisiéramos procesar la derrota, no se escuchaba nada más allá de alguna canción en árabe por la radio y algunos de los ruidos que hacía olivia al jugar con el celular de la madre.

apenas llegamos leo se fue hacia su habitación con la excusa de que iba a tratar llamar a enzo para hablar un rato, valen a la suya para dormir a olivia que ya era tarde, por lo que tan solo quedábamos camila y yo, ambas nos dirigimos hacía mi habitación.

- todavía no puedo creer como fuimos a perder así - dijo tirándose hacía atrás en mi cama, yo fui directo hacia el cajón de la mesita de luz para sacar palo santo y un encendedor

- yo tampoco pero te juro que a partir de hoy no perdemos más eh, te lo firmo - dije encendiendo el palo santo y comenzando a caminar por la habitación, cami cambió su cara seria para poder reírse de lo que estaba haciendo

london boy | lisandro martinezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora