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nunca teníamos mucho tiempo para salir a cenar a lugares o pasear, si lisandro no estaba entrenando tenía que jugar o viajar y si yo no estaba trabajando estaba preparando posibles preguntas para próximos encuentros.
por suerte trabajábamos en el mismo ámbito, entendíamos a la perfección que nuestros tiempos estaban limitados por lo que nunca habían reclamos y siempre nos acompañabamos en todo momento.
me pareció extraño recibir un mensaje por parte del entrerriano para que por la noche saliéramos, sabía lo mucho que los estaba matando el entrenador antes del mundial así que era normal que este cansado. no me pude negar a su pedido, siempre me gustaba cuando salíamos un poco de casa.
no me había dado mucha información del lugar más allá de que no era elegante, cosa que agradeci porque no tenía ganas de ponerme un vestido o algo acorde para esa situación.
mientras mi playlist se reproducía de fondo, con canciones desde taylor swift hasta maría becerra, yo me secaba el pelo.
en mi cabeza no entraba como en tan poco tiempo lisandro se había metido dentro de mi corazón, se había ganado un lugar demasiado importante en mi vida. en mis planes no estaba enamorarme pero con su llegada todo cambió. estaba dispuesta a arriesgarme por completo, desde que lo vi no quise otra cosa.
justo cuando yo estaba ultimando los detalles de mi maquillaje, alrededor de las ocho de la noche, lisandro llegó a mi casa.
- estas hermosa - me dijo apenas abrí la puerta, me analizo de arriba hacia abajo como siempre solía hacer y me dio una de sus mejores sonrisas
yo me sentía normal, estaba con ropa casual y el maquillaje estaba acorde a la situación. que el me viera de esa forma aun cuando yo no lo hacia lograba que mi corazón estalla de felicidad. generaba cosas en mi que ningun otra persona habia hecho antes.
- estoy igual que siempre, li - murmuré con los cachetes rojos, nunca me acostumbraria a los cumplidos que él tanto amaba hacerme
sabía que en parte era tan solo para ver mi reacción, le divertía ver lo tímida que me ponía cada vez que me decía algo lindo. odiaba que tenga ese poder sobre mi.
- entonces estas siempre hermosa - retrucó el cumplido sonriendo más ampliamente
negué con la cabeza y tire de su brazo para que ambos salgamos de la casa así podía comenzar nuestra cita pero una vez cerre la puerta él me impidió continuar caminando con una mano en mi cintura.
- primero salúdame bien o no vamos a ningún lado - me dijo acercando su cuerpo hacia el mio
mordí mi labio inferior al entender a lo que se refería, su vista estaba fija en mi gesto. envolví mis brazos alrededor de su cuello y besé sus labios.
- hola - susurré sobre su boca sin poder evitar una sonrisa, me sentía inmensamente feliz
