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a pesar de las constantes insistencias por parte de lisandro para que dejara todo de lado y viajase junto a él, más obviamente el resto del plantel del seleccionado argentino, hacia nuestra tierra natal decidí viajar junto a las demás parejas de los jugadores.
creía que él debía festejar con sus compañeros la conquista de este título, si bien lo había acompañado en todo el proceso no quería meterme de más, a veces era bueno que sus cosas continúen siendo suyas. sumandole a todo esto, no creía justo que yo pudiera viajar con ellos mientras que los demás familiares, que seguro también se morían por estar con ellos, no pudiesen.
el viaje fue largo pero muy llevadero, no había mucho tema de conversación más allá de la reciente copa obtenida, tampoco habían ganas de explayarse sobre otros asuntos. todas estábamos demasiado cansadas como para entretenernos con otra cosa que no sea dormir, hablo por lo menos por mi misma cuando digo que las miles de emociones que sentí durante el viaje me dejaron agotada, fue literalmente una montaña rusa.
abrí los ojos cuando la azafata me tocó levemente el hombro, en ningún momento durante las largas horas abrí los ojos, no sabia con exactitud cuantas horas habían sido pero si era conciente que no iba a poder volver a dormir por mucho tiempo.
aterrizamos en el suelo argentino ya de noche, se sintió la típica brisa de verano cuando nos bajamos del avión. había extrañado muchísimo argentina y me alegraba quedarme por un tiempo, también ver a mi familia, quienes seguramente me estaban esperando en mi casa.
durante el trayecto del aeropuerto a mi casa, donde algunas cámaras buscaban que yo les de una nota, siendo algo bastante extraño para mi debido a que en realidad mi trabajo era entrevistar, no ser entrevistada, revisé varias veces el celular en busca de algún mensaje de lisandro. tampoco me preocupé demasiado, probablemente siga en el vuelo y de lo cansado que estaba se iba a ir directo a dormir.
mañana iba a ser otro día agotador para él gracias a que la selección iba a hacer una caravana paseando por la argentina para festejar la copa, ninguno de los jugadores iba a poder descansar demasiado. también era una tortura para mí, esto atrasaba mi encuentro con él luego de los festejos, ya quería que estemos los dos juntos.
llegue a mi casa alrededor de las doce de la noche, debido a la reciente obtención del mundial las calles se encontraban muy concurridas, por todos lados podías ver a gente con la camiseta de la selección argentina festejando.
me alegraba, más allá del obvio fanatismo que tenía por el fútbol y que mi pareja literalmente era campeón del mundo, sentía que como país necesitábamos una alegría.
a pesar de haberme ido hace varios años para cumplir mi sueño en uno de los mejores clubes del mundo no podía evitar estar siempre al día sobre lo que sucedia en mi patria, era imposible para mi olvidar mis raíces.
cuando entre a mi casa me estaban esperando mis padres con varias cosas sobre la mesa para comer y la televisión prendida donde se reproducía la final del mundo, irreal todo lo que vivimos. aún no lo podía creer.
