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lisandro me había invitado a su casa luego del entrenamiento, estaba bastante nerviosa debido a que nunca había ido a su hogar. aparte de que en las últimas interacciones que habíamos tenido él no paraba de tirarme indirectas.
claramente me daba cuenta de cada una de ellas pero me hacía la boluda, no me sentía todavía lista para dar un paso más allá entre nosotros. la amistad que teníamos me hacía muy feliz y no quería arruinarlo.
una vez finalizado el entrenamiento ambos nos dirigimos hacía su auto, el mio lo había dejado en mi hogar porque me parecía completamente al pedo llevarlo.
- podes poner la música que quieras - me dijo extendiendome su celular desbloqueado ya conectado al bluetooth del auto
- ¿conoces a taylor swift? - pregunté buscando mi álbum favorito de la cantante
- ¿quién?
- prepárate para escuchar a literalmente la industria musical
apreté el botón de aleatorio y se comenzó a escuchar por los parlantes 1989, mas especificamente you're in love, sonreí involuntariamente y mi vista se centró en lisandro.
se veía muy hermoso de perfil y manejando, movía levemente la cabeza al ritmo de la música.
sin poder evitarlo canté un par de versos cerrando los ojos, me encantaba esa canción y sentía que encajaba perfecto.
él de vez en cuando me observaba con una sonrisa, cuando nuestras miradas cruzaban podía sentir como mis mejillas se sonrojaban y mi corazón latía mucho más rápido de lo normal.
él me hacía feliz con muy poco.
- linda letra eh - me dijo mientras comenzaba otra canción en aleatorio, él también la había relacionado a nosotros
- callate queres
un par de canciones después llegamos a su casa, esta era la típica de futbolista, por dentro estaba llena de cosas colgadas por las paredes. la mayoría eran camisetas.
él se fue a dar una ducha rápida mientras que yo recorría la casa, tampoco quería meterme en su espacio así que una vez que termine de familiarizarme un poco con el lugar me senté en una de las mesas del comedor.
cuando salió no pude evitar observarlo de arriba hacia abajo, el pelo lo tenia mojado y algunas gotas bajaban por su rostro. me encantaba.
- ¿queres comer carne al horno? - me preguntó caminando hacia la cocina, en ningún momento dejó de observarme
- ah bueno, quien diría que sos bueno para otra cosa que no sea el fútbol - dije riendome mientras seguía sus pasos, el sonrió burlon
- soy bueno para muchas cosas que no sean el fútbol, rubia. ya lo vas a averiguar
