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ya había pasado el partido contra polonia, donde una vez más habíamos mostrado la supremacía que teníamos sobre otras selecciones

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ya había pasado el partido contra polonia, donde una vez más habíamos mostrado la supremacía que teníamos sobre otras selecciones. ahora nos tocaba jugar contra australia, rival que a priori parecía bastante accesible, pero si algo habíamos aprendido sobre el mundial era que no podíamos subestimar a nadie.

la noche anterior habíamos salido con valentina, leonela y camila. las adoraba a las tres, fueron de las primeras que me dieron la bienvenida allá en estados unidos y me trataron de incluir siempre en las conversaciones. no digo que las demás no lo hayan hecho, todas eran un amor, pero por alguna razón había congeniado más con ellas tres.

nos quedamos hasta muy tarde en un bar por el centro de qatar por lo que me costó demasiado levantarme al día siguiente, todavía seguía con los ojos pesados y debía comenzar a prepararme para cubrir el partido. los nervios por entrevistar se me habían ido por completo, ahora tan solo quedaba por el pase a cuartos.

me encontraba separando la ropa que iba a utilizar cuando mi celular comenzó a sonar con el tono que le había colocado a lisandro para diferenciarlo de las demás personas.

- hola, amor - me dijo con una sonrisa en el rostro apenas me atendió, él estaba con más energía que nunca mientras que yo lo único que quería era continuar durmiendo

- hola, gordo ¿cómo amaneciste? - pregunté para luego bostezar y apoyar el celular en la cama

necesitaba de forma urgente una taza de café y una ducha para despavilarme, si continuaba de esta forma no iba a poder prestar atención y rendir bien en el trabajo. nunca más iba a salir un día antes del trabajo, no si no me iba a medir e iba a terminar así de mal.

- mejor que vos seguro ¿se quedaron hasta muy tarde? - preguntó mientras prendía un sahumerio, siempre estaba pendiente de cumplir con la cábala que tenia, no me quería ni imaginar el olor a incienso que debía tener esa habitación de tantos sahumerios y palos santos que se prendían

- hasta las cuatro maso menos, cuando te mande el mensaje de que llegue al hotel caí rendida en la cama. te juro que no doy más, ahora me voy a bañar

me movi hacia el baño para cepillarme el pelo antes de ducharme.

- te dejo tranquila entonces, llamaba para escuchar aunque sea dos segundos tu voz, nos vemos en unas horas ¿no?

- nos vemos en unas horas, amor. muchos éxitos, estoy segura de que la vas a romper

cortamos la llamada, era increíble como él podía alegrarme con tan solo escuchar su voz o que me diga buenos días. tenía un poder en mi que nunca antes había visto.

me di una ducha larga, relajando cada uno de mis músculos de la tensión que me generó la salida con las chicas, e intentando disipar el sueño de mi organismo, cosa que era prácticamente imposible pero por lo menos lo intentaba.

una vez salí de la ducha tocaron la puerta por lo que tuve que abrir envuelta en una toalla, era el servicio a la habitación con un desayuno. me llamó la atención que me lo dejaron sin decir nada, cuando vi las flores que acompañaban la comida entendí de quien provenía, lisandro me estaba mimando aunque estemos lejos, increíble lo que podía hacer este hombre.















london boy | lisandro martinezWhere stories live. Discover now