Una androide creada para enamorar, pero no para enamorarse y otro androide dispuesto a matar, pero jamás a dar su vida. Ella, una divergente condenada a existir en un ciclo en el que no puede morir y tampoco vivir. Pero nada será lo mismo luego de c...
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Continué con mi tarea evitando pensar en aquel llamado de auxilio que resonaba en mi sistema con cada paso que daba. Pero esto no tiene porque afectarme, ni me hará perder la concentración. Había recuperado el rastro y las pistas nos llevaron al almacén. El teniente me ordena retroceder para abrir la puerta de un golpe, al entrar parece impresionado con lo que vé. Varios grupos de androides apagados se hallaban dispersos por almacén. Similar a un cementerio de máquinas rotas sin remedio, disfuncionales o quizás solo desactivadas. -Dios santo... los utilizan hasta que se rompen, después se deshacen de ellos-dijo Hank mientras rodea una camilla con el cuerpo de una androide. Sentí una pequeña presión en mi abdomen ante sus palabras pero ignoré esto y me centré en mi misión. Puede que la divergente aún esté aquí. Miré por los alrededores y solo encontraba desorden en aquel sitio penumbroso, me mantuve alerta en espera de cualquier sonido o movimiento. Divisé en un grupo de androides el resplandor amarillo de un LED, era la Traci de pelo azul. Una nueva divergente de pelo corto y rojizo se abalanza sobre mí haciéndome caer. Comencé a pelear con ella, no quería hacerle daño, solo quería que se entregaran. Hank por otro lado forcejeaba con la Traci de pelo azul. En un intento de defenderse la divergente toma un destornillador, esquivé casi todos los ataques, el daño que me causó era mínimo y no representaba ningún peligro. La lucha continuó fuera del almacén bajo la lluvia. Evitaba que huyeran por la reja, ambas peleaban como equipo, se defendían la una a la otra. Hubo un momento que las ví tomarse de la mano, como evidencia de una relación afectiva, algo que me había llamado un poco la atención. Sin más opciones saqué mi arma, pero antes de que pudiera disparar ambas me empujan contra la pared, conseguí apartarlas de un empujón dándome tiempo a coger el arma que había caído al suelo. Apunté a la Traci de pelo corto que tenía al frente a punto de atacarme nuevamente mientras la otra seguía en el suelo. "Ayúdame" la voz de la Traci de ojos azules y tristes resonó en mi mente. Mi tarea de disparar fue desechada inexplicablemente, incapaz de ejecutar la acción bajé el arma, por primera vez no fui capaz de jalar el gatillo, esa voz me impidió disparar. Terminé por llevarme una patada de la Traci, que me hizo caer al suelo,aunque pude no quice pelear más. Estaba demasiado confundido con lo que acababa de pasarme. La Traci de pelo azul se levanta del suelo y ambas quedan observandome.
-Cuando ese hombre destrozó la otra Traci... supe que era la siguiente. Tenía mucho miedo... Le rogué que parará, pero me ignoró... Así que puse mis manos sobre su cuello y apreté tan fuerte como pude hasta que dejó de moverse.-narró la traci de pelo azul y su compañera se acerca a ella lentamente.-Yo no quería matarlo, solo quería seguir viva y... recuperar a mi amada-cruzan miradas entre ambas mientras se toman de la mano-Quería olvidar a los humanos su olor a sudor y sus sucias palabras.
-Venga nos vamos- su pareja tiro suavemente de su mano para finalmente trepar la valla y marcharse.
-Puede que haya sido lo correcto- comentó Hank con voz rasposa. No sabía que fue todo eso, yo siempre he cumplido con mi misión y está vez he fallado ¿por qué?
