Una androide creada para enamorar, pero no para enamorarse y otro androide dispuesto a matar, pero jamás a dar su vida. Ella, una divergente condenada a existir en un ciclo en el que no puede morir y tampoco vivir. Pero nada será lo mismo luego de c...
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Estaba sola en la parte más alta del barco observando el cielo nocturno. La noche era fresca y las luces de la ciudad embellecían el paisaje. Este lugar era bastante tranquilo y silencioso, pero había un sonido en particular que me llamaba la atención. Intento agudizar mis sentidos; era un sonido muy lejano similar al rugido de una máquina. Trato de localizarlo en el paisaje, podía ver luces que se asomaban entre las nubes del cielo, luces parpadeantes de color rojo que se acercaban lentamente junto al sonido.
-¡Mierda!- exclamé con preocupación imaginando lo que podría ser, por lo que rápidamente voy corriendo hacia dónde estaba Markus para avisarle.
Luego de haber dado todo el recorrido choco con North mientras subía por las escaleras con rapidez. -Oye cuidado, ¿por qué tanta prisa?
-Están aquí- dije sin dejar de avanzar.
-¿Que? Ella corrió detrás de mí deseando saber lo que ocurría. Finalmente entro al camarote donde se hallaba el líder de los divergentes. Volteó a verme tan pronto detuve la carrera.
-Markus ellos están aquí, nos encontraron, debemos irnos ya.- dije sin aliento aún así con un tono alarmado.
-¿Estás segura?- preguntó North estando a mi lado.
-Sí, ví y escuché aviones militares a unos kilómetros y vienen hacia acá.
-No hay tiempo que perder. Ustedes encárguensen de reunirlos a todos y que nadie quede atrás. Hay salidas de emergencia en el segundo y tercer piso, vallan hacia allá.
-¿Tú qué harás? - habló la pelirroja.
-Hay que volar Jericho, debo llegar a la bodega para activar los explosivos.
-No, no hay tiempo. Te van a eliminar si te encuentran.- dijo North mostrándose preocupada.
- Darán la orden de evacuar y solo así podremos huir. No tardaré, las veré luego.
Markus se fue corriendo pasando entre nosotras. Llegando al epicentro del barco North coloca sus dedos en su LED para dar aviso a cada androide que debían abandonar el barco. Justo en ese momento percibimos un fuerte estruendo proveniente del exterior. Los aviones ya estaban encima de Jericho, iluminando nuestro escondite.
Seguido de eso escuchamos la balacera y las explotaciones desde el exterior. North y yo íbamos guiando a cada grupo hacia la salida. Los soldados aún no habían irrumpido al interior; además tomábamos atajos complicados que solo los habitantes de Jericho conocían. Pero eso duró por poco tiempo, ya que habíamos sido encontrados huyendo y en situaciones extremas enfrentándonos a los humanos.
En un punto coincidimos con Markus, quién se encontraba peleando con unos soldados para defender a unos androides. Sin pensarlo me lanzo hacia el oficial, en un movimiento inesperado tomo mi arma y disparo al humano.
