Una androide creada para enamorar, pero no para enamorarse y otro androide dispuesto a matar, pero jamás a dar su vida por amor. Ella, una divergente condenada a existir en un ciclo en el que no puede morir y tampoco vivir. Pero nada será lo mismo l...
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Regreso junto a él sosteniendo en mis manos, dos copas y una botella de thirium, pero no cualquiera, era thirium modificado, aquel que solía encontrarse en el Club Edén. Abre los ojos con sorpresa al reconocer la botella azul. Tomo asiento a su lado y dejó ambas cosas sobre la pequeña mesa frente a nosotros.
—¿Cómo la conseguiste?— preguntó viéndola con seriedad.
—La tomé del Club Edén.
—Pero...— se que iba a reñirme por haber hecho algo tan arriesgado por lo que lo interrumpo.
—Tranquilo, nadie me vio entrar— expliqué a lo que él suspiró con cierta tristeza.
—Debió ser difícil para tí, volver a ese lugar lleno de malos recuerdos, y solo para traer esto. —la muestra en sus manos. Tengo el recuerdo vago de ese lugar lleno de luces, música y personas. Pero ya no quedaba nada de eso, ahora estaba vacío, sumido en la oscuridad y sin vida.
—Tienes razón fue una muy mala experiencia, pero a pesar de todo, en ese miserable mundo, encontré algo bueno.
—¿Qué? ¿Qué pudiste encontrar de bueno en ese sitio?— preguntó sin comprender
—A tí Connor— respondí de forma sincera en voz baja. Sus ojos parecían humedeserse conmovido con las pocas palabras de mi respuesta. Destapo la botella y vierto el contenido en las dos copas que estaban sobre la mesa— En ese lugar encontré a un protector, a mi apoyo emocional, mi compañero de aventuras, a mi mejor amigo. —le ofrezco la copa y la acepta con una sonrisa —Por nuestro encuentro—levanto mi copa frente a nosotros. La emoción me invade mientras recordaba cómo comenzamos como dos extraños y ahora estábamos aquí, compartiendo no solo momentos, sino nuestras vidas.
—Por nuestro encuentro— repite y choca suavemente su copa con la mia como forma de brindis. Le doy un pequeño sorbo, degustando ese sabor tan agradable. Él bebía dando largos tragos, olvidando que era una líquido distinto al de siempre . Lo tomo del brazo para separar sus labios de la copa.
—Despacio cielo. Tómate tu tiempo y disfrútalo.
—Recuerdo la primera vez que lo probé, tú y yo habíamos hablado por primera vez.
—Sí, mirabas la botella con tanta curiosidad que tuve que pedir un trago para tí y por tu cara me dí cuenta que te gustó.
—Tiene buen sabor, debe ser por los compuestos similares al etanol— indaga y vuelve a beber pero está vez con más calma. —Gracias por darme este capricho
—De nada.— sonrio con gentileza, mientras unos instantes de silencio surgen entre nosotros. —No te pregunté que tal te había ido hoy.
—Todos están muy nerviosos con lo que pasó. Hank consiguió el contacto de Elija Kamski, el fundador de CyberLife y cree que quizás podría decirnos algo útil para la investigación. Tenemos la cita para mañana.— explicó con cierta preocupación.
