Capítulo 53

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En sus veintisiete años de vida, Yan Yue nunca había intentado estar tan cerca de nadie.

No recordaba que lo hubieran envuelto cuando era un bebé, y se preguntaba si su madre lo abrazó con suavidad y cariño. Parecía que, desde que tenía uso de razón, nunca había tenido una relación tan estrecha con nadie sin rastro de distanciamiento.

Yan Yue abrazó con fuerza a Lu Lingxi; el cuerpo del muchacho era suave y estaba rodeado por la tenue fragancia de la hierba y las hojas. Tal vez porque estaba tan sorprendido, el joven ni siquiera intentó apartarlo. Los labios de Yan Yue presionaron el lóbulo de la oreja del joven, y desde este ángulo pudo ver la delicada clavícula de Lu Lingxi y una amplia zona de piel clara. Tocó la cintura del joven algo incontroladamente; la piel bajo su palma era cálida y suave, como el fino jade blanco. Esta hermosa sensación hizo que su cuerpo temblara de emoción. Los impulsos y deseos que había estado intentando reprimir todo este tiempo recorrieron su cuerpo como una violenta tormenta.

Yan Yue sintió que ya no podía reprimirlo. Sabía que estaba mal, pero el joven no entendería la onda expansiva que había provocado en su corazón sólo esa mirada. Desde el momento en que besó incontroladamente a Lu Lingxi, ya no había vuelta atrás. Dado que este era el caso, el corazón de Yan Yue simplemente dio a luz a una determinación despiadada de alguien que mira a la muerte a los ojos.

Sus labios abandonaron el lóbulo de la oreja del chico y encontraron el lugar que había estado anhelando. En el momento en que sus labios se tocaron, Yan Yue sintió como si hubiera alcanzado el cielo.

Fue entonces cuando Lu Lingxi reaccionó y empezó a forcejear.

Para Yan Yue, la lucha de Lu Lingxi no era nada. En esta posición, el joven era incapaz de ejercer fuerza alguna. Yan Yue lo aprisionó fácilmente entre sus brazos. Tomó temblorosamente la barbilla del joven, medio obligándole a abrir la boca, y le besó obsesivamente. Había confusión en los ojos del joven, mezclada con timidez e indignación, y una pizca de incredulidad, y Yan Yue lo besó con fascinación.

A diferencia del anterior beso, este beso era un beso en el sentido más estricto de la palabra. Aunque era el primer beso de Yan Yue, tenía una especie de extraña habilidad para hacerlo sin ninguna experiencia, confiando sólo en sus instintos para introducirse y saborear la dulzura de la boca del joven en serio. El beso fue frenético y tembloroso, lleno de todas las emociones de Yan Yue, con una energía implacable y una crueldad que no dejaba lugar a la retirada.

La reacción de Lu Lingxi fue muy lenta. Aunque Yan Yue era inexperto, al menos tenía una teoría, pero Lu Lingxi no tenía ninguna teoría ni experiencia. Casi obligado a abrir la boca, Lu Lingxi se quedó un poco perplejo al sentir el aliento de Yan Yue. A diferencia de su habitual calma y fiabilidad, Yan Yue en este momento era alguien completamente desconocido para él. Lu Lingxi estaba un poco asustado, y más que nada, inquieto por ser controlado. El rostro de Lu Lingxi empezó a sonrojarse y poco a poco se quedó sin aliento.

Yan Yue percibió agudamente la anormalidad del joven entre sus brazos y soltó a Lu Lingxi con cierta reticencia. Le preocupaba que si seguía besando al joven, Lu Lingxi se asfixiara porque no podría recuperar el aliento. La mirada de Yan Yue se posó en los destrozados labios rojos del joven, sus ojos fieros y deseosos de saborearlos de nuevo.

Lu Lingxi recobró por fin el sentido, jadeando pesadamente en brazos de Yan Yue. Intentó algo débilmente apartar a Yan Yue y fue sujetado con fuerza.

"Xiao Xi, por favor, no te enojes". La voz de Yan Yue temblaba un poco con un toque de súplica, "Sé que es culpa mía, pero me gustas y simplemente no puedo controlar mis sentimientos".

Lu Lingxi bajó la cabeza y no habló. Yan Yue estaba un poco asustado. Temía que Lu Lingxi no entendiera sus sentimientos, y temía aún más que Lu Lingxi los entendiera pero se negara a aceptarlos. Si eso ocurría, definitivamente sería incapaz de resistirse a obligar al joven a confinarse, ignorando sus deseos y su resistencia. No quería llegar tan lejos, quería más, era codicioso.

La vida cotidiana de el pastoral [BL]Where stories live. Discover now