Capítulo #50

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Alexander Cuellar

—Ya has llegado sano y salvo a tu hogar —le dije a Max, estacionándome justo enfrente de su casa.

—Muchas gracias por traerme, Alexander —sonrió.

—No hay de qué —sonreí igual.

—¿Quieres pasar?

—No creo que eso le parezca bien a la señora Clara.

—Ella no va a decir nada.

—Es que no sé si sea correcto.

—Vamos, solo un ratito, andale —hizo puchero.

—Está bien, pero solo un momento —bajamos del auto y caminamos a su casa. Max abrió la puerta, entró y yo entré después.

—Max, qué bueno que ya has llegado —dijo la señora Clara muy alegre mientras besaba su mejilla—. Hola, Alexander —me sonrió.

—Hola, señora —sonreí.

—¿Quieren cenar?

—Gracias, Clara —dijo Max—, pero ya comimos tacos. Clara, ¿puede Alexander pasar arriba conmigo?

—Sí, por supuesto que sí. Esta es tu casa, Alexander —dijo amable.

—Muchas gracias, señora. Permiso.

Max subió las escaleras, yo lo seguí y entramos a su habitación. Había cosas de fútbol y de anime por casi todos lados.

—Te puedes sentar en la cama o en donde quieras —decía Max mientras él buscaba algo en un cajón. Le hice caso y me senté en la cama mientras miraba alrededor—. ¿Qué tanto miras?

—Es que me gusta tu habitación. Tienes posters de fútbol y anime.

—Ah, es que me gusta mucho el anime y el fútbol —se acercó a mí.

—Ya lo noté —asentí, sin dejar de ver la habitación.

—Oye —se sentó a mi lado.

—Dime —lo miré.

—Te quiero dar algo, pero no sé si te vaya a gustar.

—Tú dámelo, te aseguro que sí me va a gustar —le sonreí.

—Entonces mira... —me dio un librito lleno de stickers.

—¿De qué son? —lo agarré y lo miré.

—Son stickers de mis animes favoritos.

—¿Y por qué me los das a mí? —extrañado.

—Porque quiero que los conozcas, pero si no quieres pues está bien —agachó la cabeza.

—Claro que los quiero, Max. Gracias —sonreí. Max también me sonrió—. Los pegaré en cuarto y en mis libretas de la universidad.

—Oye, ¿y qué vas a estudiar? No te lo he preguntado.

—Ingeniería en computación e informática.

—Ah, no sabía que te gustara todo eso de las computadoras.

—Sí, siempre me han gustado... ¿Y tú ya tienes pensado qué estudiar?

—La verdad no, pero no me preocupo tanto por eso porque yo creo no estudiaré la universidad.

—¿Por qué dices eso?

—Porque Clara y Vicente no tienen dinero para pagarmela, y aunque la universidad no sea de paga, piden muchas cosas.

—Pero podrías trabajar y pagartela tú mismo. Así le hará mi primo, que él y sus padres tampoco tienen una muy buena situación económica, él va a estudiar también informática y va a trabajar también.

Contigo quiero enfrentar al mundo entero (Libro #2)©✔Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz