Capítulo #130

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Alexander Cuellar

Todos los restaurantes a los que fuimos estaban muy llenos o estaban cerrados, supongo que por ser fin de año. Benjamín propuso ir a su departamento, lo que al inicio me sorprendió porque pensé que tal vez quería otra cosa, pero no se lo dije, solo acepté.

—Qué mal que no encontramos un restaurante en donde pasarla, pero siendo fin de año era un poco obvio que antes se tenía qué hacer reservación, ¿no? —dijo Benjamín mientras se quitaba su chamarra.

—Sí, de hecho —asentí.

—Ponte cómodo. Puedes sentarse en el sofá o en alguna silla, donde quieras.

—Gracias —me senté en el sillón.

—Mientras yo haré la cena.

—¿Tú cocinas?

Asintió mientras se ponía un mandil.

—¿Qué quieres que te haga de comer?

Reí porque se miraba algo gracioso con mandil.

—¿Por qué te ríes?

Me levanté.

—Te ves gracioso con eso puesto —dije riendo.

—Es para no ensuciarme la ropa.

—¿Y a poco sí sabes cocinar bien o solo lo básico?

—Sé cocinar bien.

—¿Y quién te enseñó?

—La vida.

—¿Cómo qué la vida?

—Sí, tuve qué aprender para no morirme de hambre.

—Pero tu vienes de una familia rica, ¿no? Lo digo porque dices que ibas en la misma prepa que yo, y pues esa prepa es cara. ¿O acaso eras buscado?

—No, no era becado. Sí vengo de una familia con dinero, pero mis padres son ricos, yo no.

—Eso es lo mismo.

—No... bueno, tal vez en tu caso sí porque tu papá te ama y apoya lo que tú quieras ser, pero desde que yo dejé la carrera de derecho, mi papá me corrió de su casa y desde entonces no me da ni un solo peso.

—¿Entonces este lugar es rentado?

—Sí —asintió—, me lo rentan con todo y muebles.

—¿Y cómo le haces para pagar la renta y los servicios como la luz, el agua y el gas y comprar comida y eso?

—Trabajo.

—¿En qué?

—Hago dibujos digitales y en papel, portadas de libros, carteles, folletos, anuncios, agendas, edito textos de todo tipo, etcétera. No puedo decir que me va genial, pero pues no me quejo, no tengo jefes ni un horario fijo de trabajo y gano dinero haciendo lo que me gusta.

—Eso está bien chido, la neta. Ya quisiera yo ganar dinero haciendo algo que me guste.

—¿Y qué te gusta hacer?

—Dormir. Si me pagaran por dormir estaría con madre, la neta.

Benjamín frunció el ceño y luego se rio.

—Me gusta tu sentido del humor —dijo riendo.

—No es humor, es en serio. —dije serio y él volvió a reír.

—¿Qué quieres comer? —me cambió el tema.

—Lo que quieras hacer está bien.

—¿Pero qué te gusta?

Contigo quiero enfrentar al mundo entero (Libro #2)©✔Where stories live. Discover now