Capítulo #99

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Alexander estaba con Josué, quien estaba muy borracho en el sillón, se encontraba casi inconsciente. En eso llegaron Diego y Fernando.

—¿Qué pasó, Alexander? —preguntó Diego, preocupado y yendo con su amigo Josué.

—Llegó acá diciendo que quería tomar. Y te juro, neta te juro que no tomó tanto, no sé por qué se puso así.

—¿Qué se tomó? —preguntó Fernando.

—El tequila que le regalaste.

—Pues fue eso, Alex —dijo Diego—, Josué nunca había tomado tequila. No debiste dejar que tomara tanto, las primeras veces debe ser con moderación.

—Traté, Diego, pero él pedía más, además no se tomó toda la botella, fue como la mitad.

Volteó con Josué.

—Josué... —golpeó sus mejillas para que lo mirara.

—Diego —le sonrió—, que bonito verte... Alexander me va a llevar a comprar las drogas que él se mete —dijo riendo, muy ebrio.

—Hey, yo no me meto drogas, solo a veces fumo marihuana —se defendió.

—¿Drogas? —Diego miró a Alexander—. ¿Lo ibas a llevar a comprar drogas? ¿Estás loco o qué, Alexander?

—Wey, no lo iba a llevar, él me lo pidió, pero le dije que no.

—¿Y por qué pidió tal cosa? —preguntó Fernando—. Se supone que Josué es cristiano, él no le hace a eso.

—Hasta le dije que Dios se iba a enojar con él, pero dijo que no le importa Dios, ni su vida, ni nada. Lo miré tan mal y diciendo disparates que por eso les llamé.

—Es que no debiste dejar que tomara así —dijo Diego.

—Yo no soy su papá, wey. Él ya es mayor de edad, sabe lo que hace.

—Alexander, ni siquiera tú sabes lo que haces.

—¡Ya basta! —habló Fernando—. La neta no es momento de discutir, Josué se ve muy mal, ¿no creen que deberíamos llamar a Armando?

—Creo que terminó con Armando —mencionó Alexander—, o eso fue lo que dijo cuando decía que no quería vivir, que porque Armando le pidió el divorcio.

Diego y Fernando se miraron entre sí, asombrados, pero a la vez, preocupados.

—¿Y si bailamos? —dijo Josué, se levantó y bailó un poco, pero como andaba muy mareado, se cayó. Sus amigos lo ayudaron a levantarse y lo acostaron otra vez en el sillón—. Quiero bailar con Armando —sonrió y luego miró a sus amigos—. Traiganlo, diganle que venga a bailar conmigo.

—Armando seguramente ya se durmió, wey —dijo Fernando.

—Entonces voy a su casa —trató de levantarse otra vez, pero Diego no lo dejó.

—No puedes ir a ningun lado en ese estado, Josué.

—Es mi esposo, quiero ir con mi esposo, bailar, besarlo y luego... —se rio—, hagamos otras cosas que no les puedo contar —dijo riendo.

Diego se arrodilló para ver mejor a su amigo.

—Mañana que te sientas mejor vas con él si quieres, pero ahorita no te puedo dejar ir así.

Josué lo miró y con su dedo tocó su cara.

—Te quiero mucho, eres buen amigo —se rio.

—Yo también te quiero —quitó su mano y se levantó—. No sé qué mal hice en la vida para soportar a mis amigos borrachos... Pero ya que —suspiró y se quitó su chamarra—. Ayudenme a llevarlo a la regadera —entre él y Alexander lo tomaron de los brazos y lo levantaron—. Tú abre la puerta del baño —le dijo a su primo.

Contigo quiero enfrentar al mundo entero (Libro #2)©✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora