Capítulo #98

10 1 0
                                    

Alexis Cuellar

No sabía qué hacer durante toda la mañana, estaba hiper aburrido y mega enojado con papá Raúl por haberme castigado, así que solo me quedé en la habitación, acostado en la cama.

—Ya me voy a trabajar, campeón —dijo papá Raúl, entrando.

Yo no le respondí ni volteé a verlo, no quería hablarle.

—Alexis... —me habló, pero seguí callado—. Ya es muy tarde como para que sigas dormido, hijo.

—No estoy dormido, estoy en depresión —respondí sin verlo.

—¿Cómo qué en depresión?

—Tú haces que me dé depresión, con tus castigos.

—Te mereces ese castigo, tú lo sabes.

—Y Alexander merecía esa golpiza por haber besado a mi novio, pero no, tú no ves el mal que él me hizo a mí, solo me pones castigos estúpidos.

—Cuida tu tono, Alexis, que soy tu padre.

Rodé los ojos, pero él no me miró.

—Ya me iré a trabajar. Quiero que te portes bien con Galia.

—¿La otra carcelera?

—¿La qué?

—Carceleros son los que cuidan que los reclusos no hagan nada malo y que no escapen de la cárcel, y así como mamá Galia y tú me tienen, parezco un recluso hiper peligrosisimo, o sea.

—Ay, Alexis —se rio—. A veces dices pura barbaridad, hijo. Ya me tengo qué ir —se acercó del lado en el que tenía mi cara y me dio un beso en la frente—. Será imposible para ti cumplir lo que te voy a pedir, pero por favor portate bien, eh —caminó a la puerta, salió y la cerró.

Abracé a mi peluche y traté de dormir, pero alguien entró.

—¿Quién es ahora? —dije de mal humor.

—Soy yo, friend.

Me volteé en la cama para verlo.

—Friend! —dije feliz.

Se acostó en mi cama y me abrazó

—Me contó Armando que te castigaron por pelear con Alexander, ¿es cierto?

Asentí, recargado sobre su pecho.

—Me quitaron las salidas, mi celular, el internet, las tarjetas de créditos y las llaves de mi carro, ¡me siento hiper aburridísimo, friend!

—Ay, ¿mi friend está sufriendo?

Asentí.

—Demasiadísimo, o sea, y nadie me comprende, ni siquiera Diego.

—Yo sí te entiendo —besó mi cabeza.

—Por eso te adoro mil —dije, abrazándolo.

—Pero tranquilo, Ale, ya verás que pronto te quitarán ese castigo tan malo.

—No es malo, es súper, hiper, mega, ultra horrible, friend, o sea, así tipo mil.

—Bueno, eso. Pero verás que pasará pronto, Ale, no estés triste —acarició mi cabello.

—Alex... —entró Armando, pero se quedó callado cuando nos miró.

—¿Qué pasó, Armando? —pregunté.

—Diego te está buscando allá abajo, está muy enojado, ¿qué le hiciste?

¿Diego enojado? Si Diego es la persona más pacifista que conozco, muy rara vez se enoja.

Contigo quiero enfrentar al mundo entero (Libro #2)©✔Where stories live. Discover now