Las intrépidas aventuras del chaval pito en llamas y su novio el fósil viviente

➤ Capítulo 73: Las ochenta y una placas de WenLing

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Xi Huai se apoyaba contra la pared mientras caminaba lentamente.

Había gastado demasiado de su alma, su cuerpo era un caos y sus viciosas llamas de dragón estaban desbocadas. Se había vuelto loco varias veces en la formación, solo para recuperar la conciencia totalmente confundido. Ahora, el dorso de sus manos sangraban, y las venas de sus brazos era aún más aterradoras.

Cuando estaba a punto de entrar en una brecha, vio que el nudo del compañero de cultivo de su dedo por fin reaparecía, y se alegró al saber que estaba cerca de Chi Muyao.

Dentro de la formación, si estaban separados el nudo del compañero de cultivo no le mostraría el camino, al menos que estén en un espacio cercano, el nudo volvería aparecer, mostrando lo poderoso de esta formación que era capaz de bloquear cualquier contacto, de modo que nadie pueda detectar la presencia de otras personas en las habitaciones.

Antes de entrar en la brecha, utilizó una pequeña técnica de lavado para limpiarse de la sangre, para no asustar a Chi Muyao con su aspecto.

Luego sacó su propio ungüento de su campana de los mil tesoros y se lo aplicó en la herida del dorso de sus manos, antes de entrar en la brecha.

Cuando entró en la brecha de la pared y vio el manantial espiritual que había dentro, Xi Huai se quedó asombrado ante al maravilloso espectáculo que en la vida del joven maestro de la Secta Qingze había presenciado antes.

Cuando vio a Chi Muyao sentado en el manantial espiritual, su corazón se ablandó al instante.

Chi Muyao estaba a salvo, ileso, y había avanzado con éxito a la etapa Jindan.

La gran roca que había estado colgando en el corazón de Xi Huai finalmente cayó, y un sentimiento de regocijo se apoderó de él.

Cuando vio que el cultivo de Chi Muyao aún no se había estabilizado, caminó lentamente hacia él, pero cuando se acercó, vio un grupo de llamas verdes del inframundo que volaban rodeando a Chi Muyao.

Se puso en guardia, pero no las ataco.

Sabía que las llamas verdes del inframundo no atacaban a las personas tan fácilmente, el hecho de que Chi Muyao decidiera recluirse para cultivar significaba que Chi Muyao y las llamas verdes del inframundo se llevaban bien.

El grupo de las llamas verdes del inframundo tampoco le atacaron, simplemente se limitaron a observarlo.

Sin haces nada más, se sentó con las piernas cruzadas no muy lejos de Chi Muyao, usando su energía espiritual para estabilizar el cultivo de Chi Muyao.

Si hubiera cultivadores de la etapa YuanYing para ayudar en este momento, podrían ser capaces de ayudar más rápido a Chi Muyao.

Desafortunadamente, ahora las condiciones eran malas, Xi Huai como un cultivador de la etapa media Jindan, solo podía ayudar a Chi Muyao y elevar su cultivo tanto como pudiera.

Después de dos días, Chi Muyao finalmente abrió los ojos.

Su nivel de cultivo aún estaba en la etapa inicial Jindan, pero era un gran avance para él. Si la etapa inicial se dividiera en diez niveles, en este momento se encontraba en la sexta etapa.

Cuando abrió los ojos y vio a Xi Huai sentado no muy lejos de él, se sorprendió inmediatamente y se levantó apresuradamente, abalanzándose sobre él, olvidándose por completo que estaba sentado en el manantial espiritual, provocando que salpicara agua por todos lados, empapando a Xi Huai hasta despertarlo.

Sus ojos se encontraron, mirándose en silencio.

El ambiente cuando estaban separados era realmente malo, y ahora que estaban reunidos después de muchas dificultades, no pudieron evitar sentirse un poco avergonzados cuando recordaron la situación cuando se separaron.