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             Beatriz amaba su trabajo pero había veces en las que odiaba llegar tan tarde a casa. Prácticamente sólo cenaba e iba a la cama tras el cansancio, cosa que estaba haciendo no sin antes recoger la ropa que dejó esparcida en la cama al no saber qué ponerse antes de irse. Doblaba cada playera y colgaba los pantalones y faldas en el ropero con algo de música de fondo desde su celular.







—¿Bea?







Se quedó inmóvil al escuchar su nombre. Provenía de la misma habitación y parecía ser una grabación.







—Ugh, Rocket y sus inventos defectuosos.







Reconoció aquel nombre a la perfección por lo que lanzándose a la cama logró llegar a su mesa de noche con libros y peluches amontonados, buscando entre los objetos el disco que Peter le dejó antes de irse. Cuando lo hizo una luz azul se desprendió del mismo proyectando la imagen de hombros hacia arriba del hombre que no podía sacarse de la cabeza por más que trataba.







—¡Hola!—le saludó con su sonrisa brillante.







—Hola...—se sentó en la cama sosteniéndolo en la palma de su mano—¿tú también me ves como holograma?







Él asintió haciéndola sonreír ampliamente. Con emoción tomó aire y se preparó para recrear una escena de su película favorita.







—Ayúdame, Star-Lord, eres mi última esperanza—dijo tratando de imitar el tono dramático de la princesa Leia.







Peter ni siquiera se molestó en disimular la manera en que sus labios se separaron y ojos brillaron. No era normal que se sintiera de esa manera al ver un holograma...no, mejor dicho no era normal que se sintiera así por nada.







—Sólo di la palabra y estaré allí con todo un ejército en segundos—ella apretó los labios desviando la mirada al no saber qué responderle a eso—por eso llamo, no supe de ti en un buen tiempo. ¿Todo bien? ¿No ha caído otra nave espacial en el patio de tu abuelo?







—Todo está bien—dijo entre risas por la tan especifica pregunta—gracias de todos modos.







—Bueno, mantengo lo que dije—su típica sonrisa de lado apareció en su rostro—pero dime, ¿no interrumpo nada?







—Nope. Llegué del trabajo y recogía unas cosas que dejé fuera de su lugar antes de irme.







—Genial—suspiró de alivio al saber que tenían tiempo—¿sabes? Creo que nunca te llegué a preguntar a qué te dedicabas.








—Tengo un programa de radio—los ojos de Peter se abrieron sorprendido—antes de que te impresiones déjame decirte que no lo conduzco yo, soy más bien la que se encarga de poner comerciales y eso. Estoy en la consola de audio.








—Es igual de impresionante. ¿Qué estación es? Hace tiempo que necesito algo que escuchar mientras manejo.








—No creo que llegue la señal hasta allá, Peter—dijo entre risas.








—Te sorprendería lo que Rocket puede hacer con un par de metales y un cable.








—Es muy aburrido en realidad. Son consejos amorosos, dedicaciones...








—No me vendría mal tomar alguno.








—Si tú lo dices...—se recargó en las almohadas, recostándose un poco—es la 84.1







—Cuenta con seis escuchas más desde el espacio. Bueno, seis y medio contando a Groot—Beatriz entrecerró los ojos haciendo la cuenta, gesto que él notó—hay dos integrantes más que no conociste. Gamora y Nebula. Son un poco gruñonas, violentas, casi nunca me escuchan...







—Suenan como cualquier persona con la que llegue a compartir clases—bromeó haciéndolo reír.








—Te agradarían—Beatriz sonrió—eso que se escucha ¿es Springsteen?







—Ajá—tomó el celular de entre la ropa, había olvidado por completo que la música seguía sonando—¿porqué? ¿quieres escuchar alguna canción en específico?








—No lo sé, ¿como cuántas canciones tienes?







—Todas las existentes—él frunció el ceño—¿no hay Spotify en el espacio? ¿Internet?







—¿Eso entra en la misma categoría que los gansitos o me perdí de algo?







—Spotify es una aplicación que...—el rostro de Peter evidenciaba que no tenía ni idea de lo que hablaba—olvídalo. Sólo dime una canción y yo la pongo.







—¿Cualquiera?—asintió. Entonces su atención bajó a la playera de Beatriz sonriendo inconscientemente—con que Bowie ¿eh? ¿Qué tal algo suyo?







Había tantas cosas que Peter no sabía sobre la Tierra —especialmente de México— que aprendió, había otras que ni siquiera llegaban a pasar por la extensa imaginación de Beatriz sobre el espacio de las que se enteró. La conversación parecía fluir tan bien que no fue hasta que ella miró a lo lejos su reloj despertador que se dio cuenta de lo rápido qué pasó el tiempo.







—Ya son las tres de la mañana—comentó sorprendida.







—Uy, en ese caso creo que debería dejarte descansar. Perdón por robarte tanto tiempo.







—No lo hiciste—respondió quitándole importancia.








—Eso quiere decir que...¿puedo llamarte mañana?








—Esperaré tu holograma en mi buró con ansias—ompartieron una sonrisa mutua—suerte en el espacio, Peter.








—Suerte en la Tierra, Bea.

star-girl    ✩   peter quillDonde viven las historias. Descúbrelo ahora