star-girl ✩ peter quill

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          —Viajar al pasado—dijo Beatriz cruzada de brazos viendo a su mejor amigo abrir su pequeña caja de herramientas junto a la base metálica que Tony ya tenía a medias en el centro del amplio almacén—¿ese es su gran plan?

—Ajá—tomando una de ellas se adentró a la estructura—por más tonto que suene, creo que podría servir. ¿Me pasas la cinta?

Estiró la mano agarrando el objeto pedido para después pasárselo por las aberturas de arriba, quedándose recargada allí, mirándolo con atención. Llevaban ya un par de días en la Tierra y por más insistencia de los Vengadores se limitaba a dormir en la Milano, no hablaba con Tony y recibía miradas preocupadas de Steve eso sin mencionar que no podía acostumbrarse a lo gracioso que lucía Bruce Banner como Hulk en sus outfits o Thor deprimido. Un suspiro salió de su interior junto a una pequeña sonrisa al ver la familiar bufanda rojiza que adornaba el cuello de Rocket pues pertenecía a Peter.

Pasos haciendo eco llamaron su atención, alguien se acercaba por detrás. Los ojos de Beatriz se abrieron de par en par cuando reconoció al hombre. Era Hawkeye. El único Vengador que soportaba. Su favorito. La imagen de los pósters en su cuarto. Su crush.

—Qué tal—le dijo saludando al levantar la cabeza en su dirección acercándose—tú debes ser la chica del espacio de la que Nat me habló. Soy Clint.

Asintió teniéndole enfrente. Tenía un corte de cabello nuevo y una playera sin mangas que dejaba al descubierto los tatuajes que adornaban su brazo izquierdo entero.

—Me llamo Beatriz.

—Y yo Rocket—habló saliendo de entre la estructura. Hawkeye retrocedió un paso ante su repentina aparición—los dos somos del espacio.

—Se nota. Uh, Tony te envía esto—le entregó un par de fusibles metálicos, mismos que tomó antes de desaparecer de nuevo adentro—de él lo entiendo pero ¿tú? ¿de qué planeta eres?

—Ah—negó divertida—soy de aquí. Bueno, de México.

—¿Y cómo llegaste hasta...?—señaló hacia arriba.

—Por mi novio. Él ya era un héroe conocido por la galaxia cuando nos conocimos. Un día ambos nos dimos cuenta que no queríamos estar tan lejos uno del otro y dejé la Tierra sin pensarlo dos veces cuando me lo pidió.

—Eso sí que es amor. ¿Y dónde está?—bajó la mirada sin saber exactamente qué decir, pero tampoco fue necesario pues Clint puso una mano en su brazo—supongo que ya no soy el único con una historia trágica gracias a Thanos por aquí ¿eh?

Trató de sonreírle antes de que se alejara de ambos en dirección a los demás que se encontraban casi al otro lado del lugar terminando su parte.

—Oye pero parpadea—miró a Rocket sin saber cuanto tiempo llevaba viendo la interacción. Tenía puestos sus googles.

—¿Eh?

—Eres muy obvia. No está nada mal, por cierto.

—Rocket no...—sonrió nerviosamente.

—¿Crees que a Peter le gustaría que te quedaras sola?—levantó los lentes especiales para ponerlos sobre su cabeza.

—No lo estoy, te tengo a ti.

—Y siempre lo harás pero no es a lo que me refiero, lo sabes bien—desvió la mirada del mapache quien negaba—como sea. ¿Podrías llamar a los otros? Está listo.

Steve, Rhodey, Thor, Clint Bruce y Nebula se unieron a ellos alrededor de la máquina para probar que la electricidad fluyera debidamente.

—Todo parece funcionar. ¿Quién quiere ir en un viaje al pasado del que probablemente nunca vuelva y pueda morir en el intento?—preguntó Rocket dándose la vuelta. Beatriz levantó la mano ante la atractiva idea—¿alguien que no sea la loca estrella?

—Yo ya tengo puesto el traje—Clint subió la rampa.

—¿De verdad van a dejarlo hacerlo?—la castaña avanzó hasta quedar frente a todos—es un Vengador.

—Y tú una Guardiana de la Galaxia—miró a Steve quien se cruzó de brazos, parecía un padre molesto en especial por la camisa y pantalones que usaba—él tomó su decisión.

—Si, cariño—el elegido llamó su atención—no te preocupes. Nos vemos en un rato.

Dieron por terminada la discusión cuando Bruce comenzó a oprimir botones preparando a Clint para su viaje. Tras darle cuenta regresiva, vio de cerca cómo es que el centro de la máquina le absorbió haciéndole miniatura.

La espera estuvo llena de suspenso, Beatriz ni siquiera notó cuando Tony y Natasha se les unieron hasta que Clint volvía a ser escupido por el túnel de luz morado. Al ser la más cercana a la rampa fue la primera en arrodillarse para saber si estaba bien.

—Te dije que nos veíamos más tarde—habló entre respiraciones agitadas viéndole directo a los ojos. Ella desvió la mirada ni contados cinco segundos dándole la oportunidad a Nat de ayudarle a levantarse y entregarle el guante de beisbol que sostenía triunfante—funcionó.

Aún seguía en el suelo cuando escuchó esa simple palabra. Miró a Rocket que se encontraba a un metro de distancia suyo y simplemente sonrió.