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Por alguna razón Beatriz se sentía el doble de nerviosa en su presencia luego de la conversación que tuvieron. Él le gustaba, ella le gustaba. Ahora no sabía cómo comportarse pero Peter lo hacía todo mil veces más fácil.











—Y ahora...¿me darás un beso, ángel?












Sin duda era un juego de palabras demasiado cursi más su sonrisa orgullosa le hizo a Beatriz pasar ese detalle por alto. Generalmente odiaba ese tipo de comentarios tan de película adolescente romántica con la que rodaba los ojos todo el tiempo pero viniendo de él, se volvía la cosa más maravillosa del mundo —o galaxia—. La joven ladeó la cabeza curveando ligeramente sus labios y soltando un suspiro se puso de puntillas para cumplir el deseo del legendario Star-Lord. Un beso corto y dulce, tal como la canción decía.











—Groot perderá las hojas cuando le cuente de esto—dijo en voz baja, aún teniéndole muy cerca suyo. Beatriz sonrió volviendo a poner los pies en el suelo, tanto metafórica como literalmente—entonces...ese es Iron Man.










Ella miró a donde Peter, detrás suyo a lo lejos podía verse la figura rojiza.











—Una versión más barata y menos egocéntrica pero si.










—Iron Man—repitió—qué creatividad...¿y los Vengadores vengan la Tierra?










—Según ellos—se alejó un poco para llegar al bote de basura más cercano y tirar el vasito vacío, él hizo lo mismo.










—¿Sabes qué sería divertido?—la castaña le miró atenta—tomarnos una foto con tu héroe favorito.










Le devolvió una mirada fulminante que no duró mucho pues se convirtió en una sonrisa al verle. Dejando de lado la broma al saber que no le caían bien los Vengadores sintió cierta emoción al darse cuenta que recordaba algo tan vago como eso. En cuestión de segundos Peter le tomó de la mano para ir ambos en dirección al muchacho con disfraz de no muy buena calidad. Otro hombre le acompañaba para vender las fotografías en formato Polaroid por lo que se formaron en la inexistente fila para pasar.










Ninguno parecía aguantarse la risa de lo tonto que era lo que estaban haciendo pues a juzgar por la mirada del fotógrafo no les hacía falta saber que sólo niños pequeños eran quienes buscaban tener un foto con el héroe del momento. Peter soltó su mano para rodearle por los hombros dejando a la principal atracción al lado de Beatriz a propósito —misma que hizo clara su inconformidad en su rostro— y sonrió a la cámara.









¡Flash! La foto salió lentamente por la abertura de la cámara.









¡Otra!—exclamó el señor al ver aparecer poco a poco la imagen—pero ahora como si de verdad le gustara el novio, mija.









Novio. Le gustaba como sonaba eso. Distraída en aquel dulce pensamiento fue tomaba por sorpresa al ser separada de Iron Man para ser atraída por Peter y recibir un beso en la mejilla haciéndole sonreír a más no poder.









Ándele, así mero. A ver otra.









Esta vez ambos miraron a la cámara sonriendo sin despegarse uno del otro. Ni siquiera recordaban al tipo con lámpara mal adaptada en la mano cuando se las entregaron.









—Esta es la verdadera representación de alegría—bromeó Peter levantando la primera que fue tomada al comenzar a caminar de nuevo. Ella rodó los ojos sin dejar de sonreír, gesto que le hizo reír—definitivamente me quedaré con esta.










—Es la peor de las tres.










—No para mí—tomó dicha fotografía para guardarla en su chaqueta y entregarle las otras dos.










Beatriz las sostuvo en sus manos observando la perfecta sonrisa de Peter en una y la manera en que le atrajo hacia sí mismo en la otra. Acción que imitó en aquel momento sin pensarlo mucho. Le había mostrado la fuente icónica de su ciudad, la fachada de los edificios más antiguos y hasta contado más de una historia sobre los acontecimientos del lugar como sus abuelos alguna vez lo hicieron. No se percataron de la hora hasta que recibió un mensaje de texto de su hermano: sus papás la estaban esperando y no se irían a dormir hasta que llegara por lo que regresaron sin muchas ganas al estacionamiento vacío.










—Nunca había paseado por aquí de noche—comentó abriendo la puerta del vehículo para lanzar su bolso antes de volver a ver a Peter—fue divertido.











—Sé que tu parte favorita fue la del señor hojalata—ella sonrió divertida—pero ahora llegó la parte menos divertida—metió las manos dentro de sus bolsillos avanzando hacia Beatriz—no quiero que mis suegros se molesten. Sería una muy mala impresión...











Y esta era la parte donde Beatriz le pedía que se quedara y que aunque ambos no cabían en su cama individual podían solucionarlo. Pero no lo hizo. Se limitó a sonreír mirando sus ojos claros para después acercarse a besar su mejilla. Eso no fue suficiente para Peter quien tomándole por la cintura le atrajo de nuevo para poder despedirse adecuadamente. No sabía cuando volvería y quería aprovechar cada segundo en su presencia, cosa que se notaba por la manera en que le sostenía. ¿Y Beatriz? Estaba en las estrellas sin dejar su planeta. Mantenía una de sus manos en el hombro de Peter y la otra tocando su pecho.










—Salúdame a todos—dijo soltándolo, temiendo que si pasara un segundo más tocándole no lo dejaría ir.










—Lo haré.










Con una sonrisa retrocedió para dejarle subir al auto. Beatriz pudo verle por el espejo retrovisor conforme se alejaba.

star-girl    ✩   peter quillDonde viven las historias. Descúbrelo ahora