𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒⋆୨୧˚❦,𝙜𝙞𝙧𝙡𝙨! 𝙜𝙞𝙧𝙡𝙨! 𝙜𝙞𝙧𝙡𝙨! gxg

0145|| ˚⁀➷｡ ANNABETH CHASE

PRAY
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La mano de Will se sintió reconfortante contra tu hombro, y suspiraste profundamente, secándote las manos contra los pantalones.

El agua todavía corría detrás de ti, y tu hermano cerró el grifo, permitiendo que el agua restante colara la sangre por el fregadero de la cabina de la enfermería.

Tu corazón latía rápido, su eco latía dentro de tu cabeza mientras tratabas de mantener tu respiración bajo control.

Once semidioses se acostaron en diferentes camas de la habitación, curando heridas y siendo tratados por tus hermanos. Habían intentado escabullirse en la oscuridad de la noche, para hacer Dios sabe qué, y habían sido atacados por un monstruo en el bosque.

—¡No puedo estabilizarla, Will!—,Gritó Prissy, una de tus hermanas, y el chico rubio no dudó en correr hacia ella, al igual que dos de tus hermanos más.

Regresaste a una de las camas, donde un hijo de Hermes gemía de dolor, con la pierna rota. Le diste un vaso de plástico con ambrosía y él lo bebió lentamente, tratando de no atragantarse.

—Oye, oye...—le sonreíste, a pesar de que podías sentir el calor de la ira acumulándose en tu estómago, —Cuidado, no irá a ninguna parte-

La puerta que golpeaba la pared detrás de ti te cortó el paso y te diste la vuelta inmediatamente.

Tus ojos pronto se posaron en Percy, quien había sido enviado con otros semidioses a buscar a alguien que aún pudiera estar en el bosque.

Su presencia te reconfortó, pero pronto sentiste que el pánico regresaba al notar su expresión de terror.

Bajaste la vista de él a la persona que cargaba, y un grito salió de tus pulmones cuando viste que era una chica rubia que conocías más que bien.

Percy la dejó caer en la única cama vacía, mirándote con ojos suplicantes, y tus hermanos se congelaron al verla, una herida en su estómago escupía sangre oscura, su rostro pálido. Sus ojos de color plateado estaban cerrados, los labios parcialmente abiertos mientras tomaba pequeñas respiraciones.

Tus manos pronto cayeron sobre la herida, aplicándole presión con la esperanza de detener el flujo de sangre.

—Ella estaba— Annabeth estaba...—,el hijo de Poseidón trató de hablar, pero su mente estaba nublada, —Es ella... Es...—

Will lo agarró por los hombros, alejándolo de la cama para que más de tus hermanos pudieran ir a trabajar, pero sus llantos de pánico te perforaron las orejas como dagas.

—Ella es... Ella es mi mejor amiga, Will, yo— No puedo...— el gritó tu nombre —Di algo!—, Gritó, pero no respondiste.

Millones de pensamientos pasaron por tu cabeza, manos temblorosas ahora teñidas con la sangre de tu novia mientras tratabas de concentrarte.

Podías sentir su pulso debilitarse bajo tu toque, la forma en que su pecho se elevaba más lentamente con cada respiración que tomaba.

Tus hermanos te miraron con expresión asustada: todos la conocían, Annabeth los había recibido a todos en el Campamento, y nadie podía reaccionar mientras la sangre seguía saliendo de ella.

—¡¿Qué hacemos?!—

—¡Ella se está muriendo!—

—!Creo que no está respirando!—

—¡Will, hagan algo!—

—¡Annabeth se está muriendo!—

Todas sus voces te rodeaban, sus súplicas y miedos arrastrándose por tu piel, enloqueciendo tu corazón y sintiendo que empezabas a marearte. Tenías que hacer algo, tenías que salvarla.