Cap 14

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Carlotta

Decir que me estaba divirtiendo en esta absurda situación sería mentir. Decir que no sentí asco al besar a Matvey sería traicionar mis emociones. Pero lo peor de todo, decir que no me dolió saber que Massimo era testigo de esto me convertiría en una cobarde.

Los bailes, las personas, los tragos y las charlas sin sentido iban y venían, la gente estaba pasándolo tan bien cómo podía, yo solo quería llorar, esta situación me tenía arrinconada, mi corazón estaba a punto de detenerse de la tristeza que me estaba carcomiendo en el interior.

El tiempo es subjetivo dicen, para algunos corre rápido para otros no avanza lo suficiente, para mi sin embargo, va a la velocidad de la luz. Disfrutaba de una charla con Aurora, mi amiga de toda la vida cuando noté los gritos de los hombres de mi familia, de aquellos que me vieron crecer, alentando a mi marido para que me llevara a la habitación. Esta tradición siempre me había parecido una mierda, ¿pero vivirla? que experiencia tan horrible.

-Vamos amorcito, no hagamos esperar más a estos chicos. -me dice Matvey mientras me ofrece su mano.

No tengo más opción que tomarla y dejarlo que me guíe hasta la habitación. Dios santo, esto de verdad estaba pasando. El sabe que no soy virgen, no obstante sigue con todo el show, eso es una muestra importante de la necesidad de esta tregua, de sus ganas de superar a un Falcone y por supuesto, de adquirir más poder. Otra vez, el tiempo avanza más rápido de lo que me gustaría y para mi mala suerte llegamos al sitio destinado para pasar la peor noche de mi vida.

-Bueno, de verdad espero que no seas igual de callada en la cama mujer, eso es aburrido. -menciona el tarado a mi lado.

-Si no te gusta mi manera de hacer las cosas, bien puedes optar por dejarme en paz. -le dije.

-Jajaja, bien jugado amorcito. Escucha, somos un matrimonio, no se esperan hijos pero quiero darte duro en cualquier lugar que me plazca, tanto como me plazca. Al menos espero sacar algún provecho de ti, ¿No es eso justo?

Mi rabia se encendió en mi interior. Idiota. Machista. Egoísta. Pendejo. Hijo de puta. ¿Lo puedo matar ya? Trato por todos los medios de calmarme y entonces respondo:

-Mira, hablamos de algo justo si yo también saco provecho de esta situación y por ahora no veo algo de eso.

-La cosa es la siguiente Carlotta, no puedes tener hijos, estás enferma y tu lazo con el capo de Las Vegas no es el más cercano. Yo diría que la justicia se hace por el mero hecho de que sigas con vida. Ah, por supuesto, debemos sumarle el hecho de que me hayas engañado con el sobrino de Remo. Traición, creo que así le llaman en nuestro mundo.

Me quedo sin palabras unos segundos, ahora Matvey parece iracundo, y se ha ido acercando más y más a mi. Es ahí cuando me doy cuenta de qué he estado retrocediendo, tanto que ya no puedo caminar más, estoy tocando el borde de la cama.

-Quítate ese vestido esposa, abre esas piernas como una buena chica italiana y dame mi premio.

-No, así no es como....

No me dejó terminar la oración. Me tumbó sobre el colchón y comenzó a destrozarme el vestido. Yo intenté forcejear pero su fuerza superaba a la mía y en cuestión de minutos estaba desnuda. Su pene estaba erecto para ese momento, lo sacó de su pantalón y simplemente me penetró. Su asquerosa boca subía y bajaba de mi cuello a mis pechos. Así se la pasó hasta que terminó, se levantó y salió nuevamente de la habitación.

Esto es lo peor que me ha pasado en la vida, quiero escapar, quiero respirar, quiero descansar. Me levanto y me dirijo a la ducha. Necesito limpiarme, sacar este sabor amargo de mi sistema. Necesito drenar la peste de mi cuerpo.

Regreso a la cama y me duermo llorando mientras pienso en Massimo y la diferencia de su toque, la intimidad que compartimos y el sentimiento que nos envuelve cuando estamos juntos. 

Strangelove (Massimo  Falcone y Carlotta )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora