Strangelove (Massimo Falcone y Carlotta )

Cap 12

Carlotta

Mi vestido era tan sencillo como se puede imaginar, sin diamantes o adornos ostentosos, era corte corazon con una falda que caía desde mi cadera hasta los pies, era algo así como estilo hippie y contrastaba con toda la decoración lujosa del lugar, pero era lo único en lo que había tenido voz y voto. Las mujeres de la familia de Matvey se encargaron de todo, mejor para mi si era sincera, pero cierta pesadez se acentuaba en mi estómago al sentirme tan ajena a algo que me afectaba directamente.

Esta mañana Massimo me hizo el amor "cómo mujer soltera" por última vez. No dijimos adiós, pero se sintió como una despedida. Pensé en él desde el momento en qué me dejó, a duras penas me he visto en el espejo. No me importan los comentarios que los demás tienen hacia mi, mi infelicidad se puede ver en la distancia. Sumergida en mi mente, escucho unos golpes suaves en la puerta, cuando esta se abre aparece el rostro de mi hermana.

-Se que esto te lo han dicho todo el día pero te ves hermosa. Ya todos están abajo esperando por ti. Mamá está muy feliz y orgullosa de ti.

-Es increíble que se muestre más feliz por esto que por mis grados.

-No la condenes así Lotta, sabes que su postura es distinta a la tuya, es tradicional, pero te ama.

-El amor no puede ser tan conveniente Gemma, tampoco es un cuento de hadas, pero no me quieras vender como amor esa forma tan degradante de ver a las mujeres.

-Escucha hermanita, puedes negarte a este matrimonio, dime y hablaré con los Falcone, no te obligarán.

-Entonces qué, ¿Atacan a nuestras familias dejando huérfanos y viudas en el mejor de los casos? No Gemma, no dejaré que eso pase nuevamente.

Los ojos de mi hermana mayor se llenan de lágrimas, toque un punto sensible para ella, pero me da rabia que después de un mes este sea el único momento en el que ha venido a presentarme una solución. Ni siquiera en mi fiesta de compromiso se atrevió a hablarme más de lo necesario. Que se jodan todos.

-¿Está Diego esperándome abajo? Creo que es hora de comenzar.

-Si, está abajo. Listo para llevarte, si quieres Savio puede...

-No te atrevas, al menos dame la satisfacción de que un hombre que comparta mi sangre me lleve al altar... amo a Savio pero a mi hermano...

-Lo sé... lo entiendo. Ven, te acompaño hasta donde está Diego.

Nos acercamos a la puerta del salón donde se llevará a cabo la boda, será civil, pues mi futuro marido es ateo con crianza ortodoxa y yo soy católica. Mi hermano nos ve y nos sonríe, nos besa a cada una en la mejilla y toma mi mano. Hay una canción de piano sonando, indicando que la novia está a punto de entrar. El camino por ese pasillo es tormentoso, ver a Massimo sentado allí con su familia es un disparo al corazón y ver a ese diablo rubio con ojos azules parado junto al juez esperando por mi, fue mi entrada al infierno.

La ceremonia transcurrió sin incidentes, una parte tonta de mí estaba esperando una escena de alguno de los invitados que interrumpiera este circo, pero no fue así. Ambos habíamos acabado de decir que sí y tanto los testigos como nosotros estábamos firmando los documentos legales que acreditaban este matrimonio como algo real ante la ley. Mis manos temblaban, mi corazón agonizaba y mis ojos casi derramaban lágrimas.

-Ni siquiera te atrevas a llorar, no soportare ese show. Y más te vale dejar de mirar a tu patético amante. Es evidente que algo pasa entre ustedes, no seré el hazme reír. No me mires así, ¿Pensaste que no me daría cuenta? -Dice Matvey en mi oído, para el público debe parecer cómo el susurro de un amante a su novia.

-¿Por qué eliges este momento para decir eso? -pregunto.

-Porque se lo mucho que se necesitan el uno al otro, lo unidos que están, y esta alianza no la destruirán con su patético amorío. Realmente pensé que harían un show hoy, pero bueno, la noche aún no acaba. Bien podría terminar derramando sangre italiana y no sería la tuya en mi cama...

-Idiota.