Cap 15

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Carlotta

Un mes después

No esperaba una vida de casada de ensueño, de hecho, pretendía que el idiota de mi esposo no llegara nunca a casa y se acostara con todas las personas que se le atravesaran. Vaya ilusión tonta a la que me estaba aferrando, pese a que cada uno tenía su propia habitación, tres noches a la semana Matvey llegaba hasta mi espacio, entraba y se saciaba cómo quería físicamente conmigo. ¿Cerrar con llave? Lo intenté las primeras noches pero pronto descubrí que él tenía llaves de mi cuarto. ¿Hacerme la enferma? No funcionó. ¿Tener mi periodo? Ni siquiera lo inmutó.

Cada maldita vez que me hablaba en la oscuridad mi alma se quebraba un poco más, era asqueroso, en contra de todo por lo que hemos luchado a lo largo de los años, me sentía como una mujer estafadora, que no alzaba su voz ante este tipo de abuso. Pero, ¿qué podía hacer? ¿Hablarle a la camorra? Ya no pertenecía allí, ¿denunciarlo a la policía? Estaban comprados por la Bratva. ¡Que impotencia!

En el día salía a dar un paseo por la ciudad de San Francisco, decir que odio este lugar sería quedarse corto. Es peligroso, hay crímenes por doquier, las personas siempre intentan estafarte y nunca hay buenas intenciones en sus rostros. No tengo amigos, no tengo familia y las mujeres de la Bratva me odian. Mis suegros me soportan por lo que representa la alianza pero no por respeto hacia mi. Solo he hablado con Aurora dos veces y no pude ser sincera respecto a lo que estoy viviendo.

Esta noche era terrible por dos cosas:
1. Los jefes rusos se encontraban reunidos en mi casa, planeando el próximo ataque al cartel.

2. Era viernes, más tarde Matvey vendría a mi cuarto.

La cena había transcurrido sin inconvenientes, los hombres se habían retirado a otro salón de la casa para abordar el asunto a mayor profundidad y con más discreción. Yo me había quedado con las esposas de aquellas personas pero lo único que hacían era evaluarme con sus miradas y hablar entre ellas. Todo el rato estuvimos en esa lamentable situación hasta que se hartaron y empezaron con otros chismes.

A eso de la medianoche, todos se retiraron y con ellos lo único que me mantenía a salvo de la oscuridad y su monstruo.

-Carlotta querida esposa, espere que no estés muy cansada para cumplir con nuestros deberes conyugales.

-¿Por qué sigues haciendo esto? Ya demostraste que tienes poder, no necesitas abusar de mi para que pueda captar el mensaje.

-Oh querida, no lo hago para demostrar algo, tu cuerpo me encanta y tu vulnerabilidad me enciende. -me dice con la mirada más lasciva que puede hacer.

-¿Qué hay de las otras mujeres? ¿No quieres amantes? Por favor, no me hagas mas esto.

-Dos cosas Carlotta, diré dos cosas una sola vez: lo primero es que quiero dar una imagen de confianza y estabilidad, si traiciono a mi esposa entonces ¿mis hombres cómo confiaran en mí?. Lo segundo, ¿Ya dejaste de pensar en ese idiota de Falcone? No, no lo has hecho. Te voy a follar las veces que hagan falta para que lo olvides.

-Nisiquiera lo he visto en este tiempo, ¿De qué hablas?

-Sube ahora mismo a tu cuarto, ponte una bata y actúa cómo algo más que una vaca muerta. Cumple con tu deber, como les gusta llamarlo a ustedes.

Lo odio, no hay otra cosa por decir, sin embargo en este momento que el motivo de la reunión también involucra a la camorra y hasta donde sé, ningún integrante de dicha organización estuvo presente. Así que me atrevo a preguntar:

-Haré lo que me pides, pero antes responde a esto, por favor, ¿Por qué no había gente de la camorra en una reunión cuyo propósito era planear un ataque al cartel?

Matvey se puso rojo de ira.

-No te metas en asuntos que no te competen, perra. Recuerda tu puto lugar. ¿Sabes qué? Yo te lo enseñaré.

Con eso, me dio la vuelta y me apretó contra la pared, subió mi vestido y me penetró. Dios, no. Este infierno no lo merece nadie. 

Strangelove (Massimo  Falcone y Carlotta )Where stories live. Discover now