Cap 23

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Massimo

Me encontraba revisando las cámaras, los sensores de movimiento y los rastreadores que cada integrante de la familia llevaba siempre en uno de sus accesorios. El sistema de seguridad había sido hackeado desde la mañana, las cámaras de seguridad mostraron que nadie había entrado o salido del lugar. Los sensores de movimiento se activaron por pájaros o gatos supuestamente y los accesorios personales, nunca habían abandonado el lugar. Entiendo porque no llegó alguna notificación de alerta a nuestros teléfonos pero entonces, esto indicaba que los responsables nos habían hecho saber hace poco de que algo estaba pasando, a propósito. Estaban jugando con nosotros.

La cosa es la siguiente: mi padre no conforme con los accesorios (especialmente por que yo no suelo usarlos) nos implantó pequeños localizadores en nuestros brazos, son casi que imperceptibles. Yo lo descubrí por error mientras tomaba muestras de mi mismo para realizar un experimento médico. Por supuesto, lo amenace con decirle a mamá de tal invasión a la privacidad, así que si, desde mi portatil los puedo rastrear.

Me percato de que no haya intrusos en la casa, de que todo esté en orden y me dirijo hacia allá para recoger mi computador y salir en búsqueda de mi familia.

                                                                               ****

Pude identificar la ubicación de mi madre, así que me dirigí hacia ella. En el camino me debatí sobre si decirle a Alessio y al tío Adamo o no (Nevio no entra en la ecuación). Algún Falcone debía seguir vivo para gobernar Las Vegas en caso de que el resto de nosotros pereciera en lo que yo suponía sería un enfrentamiento épico, aunque, por lo poco que sabíamos y la manipulación de nuestro sistema, mi familia podría estar más muerta qué viva.

Cuando el GPS me informó de que faltaban escasos cinco minutos para llegar al lugar, le envié un mensaje de texto a mi hermano, cómo futuro consegliere él era el más importante de todos, junto con Nevio, y eran ellos a quien los hombres escucharían sin poner muchas trabas, le compartí la ubicación y le dije que llegara con un ejército, pero sin dejar desprotegida la ciudad. Para mi sorpresa el imbécil ya había previsto un enfrentamiento a muerte, por lo que envió a Isa y a Aurora a NYC mientras que su "querido" suegro enviaba respaldos.

Eso sucedió hace algunas horas, por lo que ya deben estar a mitad de camino tanto ellas cómo los hombres. Eso es bueno, al menos no toda la familia será aniquilada.

                                                                             ****

Mierda, mierda, mierda. El GPS me envió a un puto desierto, sin nada a la vista. No se si es que mi madre está muerta o qué y la enterraron acá o si es otro engaño de los hijos de puta. Esta incertidumbre de no saber que están viviendo ellos es una tortura en si misma. Odio esta sensación. Odio sentir. Odio es todo lo que atraviesa mi mente. En este puto punto no veo mas alla del rojo; necesito sangre, necesito venganza. Mis manos están demasiado limpias, piden a gritos que aniquile a quienes me traen este tipo de cosas a la mente. Ahora mismo no soy más que una máquina con un solo propósito: aniquilar.

-Miren, parece que el hijo de puta si logró encontrarnos. ¿Qué te pasa italiano? ¿Ya te volviste loco? Eso fue demasiado fácil. -dijo una voz familiar. Giré a mi alrededor pero no había alguien, tal vez si estaba loco.

La voz siguió hablando:

-Pero qué idiota. Igual a sus familiares. El peligro siempre lo tuvieron de frente pero su maldito ego nunca los dejó verlo.

Justo cuando terminó de hablar se escuchó un sonido y una puerta subterránea se abrió. Mierda. Estabamos jodidos. ¿Entrar o no entrar? Ya sabía donde estaba el lugar podría volver y ...

-¿Qué tanto piensas Massimo? Creí qué venías a ver a Carlotta dar las mejores clases de su vida.

-¿Por qué Carlotta está acá? ¿Quieres entrar en guerra con La Bratva también? Por lo menos pelotas si tienen. -dije

-Jajajaja, ay cosita, nosotros somos La Bratva.

¿Sorpresa? No mucho, sin embargo, ahora más qué nunca estaba dejando de ser racional. Malditos bastardos.

-¿Vienes o qué lindura? jajaja.

Bueno, claro qué si. Iría. Por ellos. Por ella. Y por esa sed dentro de mi. 

Strangelove (Massimo  Falcone y Carlotta )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora