EL INVITADO

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Despierto descansada y sintiéndome mejor que el día anterior

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Despierto descansada y sintiéndome mejor que el día anterior. Cuando miro el reloj, compruebo que se debe a que dormí unas preciosas nueve horas, las cuales mi cuerpo necesitaba.

Dejo caer la cabeza sobre la almohada una vez más. No estoy acostumbrada a pasar noches en vela, en especial tras días de actividad intensa y emociones fuertes. Sin poder evitarlo, rememoro los sucesos de ayer, desde que llegamos a la playa hasta que Bianca me abandonó con un grupo de desconocidos.

«Hasta que Bianca se fugó con su nuevo novio», pienso con fastidio.

Aparto las sábanas con un movimiento brusco y dramático. Mientras me cambio de ropa, aplaco ese sentimiento dañoso que me cosquillea en el fondo de la mente recordando que Bianca estaba dominada por el influjo de la luna, que su comportamiento no era personal.

«Pero se sintió personal», vuelvo a agregar con el mismo fastidio.

No pienso que Bianca esté en problemas. La idea es breve y pasajera, aniquilada sin reparos por las señales que me fueron arrojadas durante todo este tiempo.

Clavo la mirada en el monitor de la computadora y recuerdo la reacción de Bianca cuando vio la grabación del monstruo, la añoranza en su gesto y el cariño con el que deslizó la yema de los dedos sobre la imagen, un ápice del modo en que se miraron anoche con la conexión que compartieron bajo la luna llena. Por el modo en que la trató, tengo la certeza de que es imposible que ese chico quiera lastimarla.

Bufo mientras termino de colocarme la playera para entre casa. Por supuesto que Bianca iba a conseguir un romance de película después de ganar dones increíbles.

Al menos, esto elimina algunas de las incógnitas. El monstruo y el chico de las amenazas son la misma persona, y, al parecer, parte del grupo de los lobos. No obstante, eso no implica que sea de los buenos.

Es mientras recojo unos shorts gastados por el uso que recuerdo el sueño. La pesadilla inicial. El cadáver. Estuve tan distraída por la situación de Bianca, que no me detuve a pensar en las otras consecuencias de esa noche. ¿Qué hago con eso? ¿Debería hacer un llamado anónimo a la policía?

Bajo las escaleras mientras sopeso si debería arriesgarme a quedar involucrada en un crimen solo por un puñado de chicos que nunca me importaron, y me detengo al llegar a la planta baja. Allí sentados a la mesa se encuentran mi mamá y un rostro que no pensé que volvería a ver.

Los ojos de Nico se clavan en mí con una sagacidad que no capté la noche en que nos conocimos.

Me quedo muda e inmóvil. El miedo se instala en mis piernas, anclándome al lugar, y es la presencia de mamá lo único que logra apaciguarme. Nico debe saberlo, porque su expresión se muestra entretenida de un modo sardónico. Comprendo la razón cuando mamá voltea.

Ella sonríe encantada con lo que sea que Nico acaba de contarle, una mueca que se ensancha al verme, y todo sería normal de no ser por las dos enormes sanguijuelas que le succionan las sienes.

No soy la protagonista #PGP2024Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt