LA TENTACIÓN

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¿Quién no ha soñado con oír esas palabras? En el ámbito que sea, recibir esa validación, esa seguridad de pertenencia, es glorioso. ¿Si proviene de uno de los seres sobrenaturales con los que una fantaseó toda la vida? Bueno, debería ser la felicidad más inefable de la existencia.

Debería, claro, si fuera cierto.

No voy a mentir, la ilusión se presenta como un cosquilleo en mi pecho, pero la aparto con prisa para asegurarme de mantener la mente fría. O tan fría como la inquietud provocada por la presencia de Nico  me lo permite.

—Bueno, todavía no —prosigue, malinterpretando mi silencio—. Pero tienes el potencial para serlo.

—¿Cómo puedes estar tan seguro?

—Puedes ver la magia —exclama—. Al menos, un espectro de ella, eso significa que con la preparación suficiente podría convertirte en una de nosotros.

—¿Y qué significaría serlo?

Asocio la idea con las cosas que leí en la página de internet; con engañar adolescentes y llevarlos a lugares solitarios; con Yanina vomitando sus propios órganos podridos y con encapuchados que se deleitan dañando a menores.

—Significaría que podrías hacer magia tú también.

Aquello me hace pausar. Me lo quedo mirando y la sonrisa de Nico se ensancha al percatarse de mi quietud. Se inclina más cerca de mí.

—Significaría que podrías hacer lo que tú quisieras. Significaría tener el mundo a tus pies.

Abro la boca, la vuelvo a cerrar.

—... ¿yo?

—¡Sí, tú!

Estira una mano para tomar la mía. La aparto de inmediato, incrédula de que siquiera lo intentara. Él pone los ojos en blanco y me agarra la mano de todos modos, rehusándose a soltarme cuando protesto. A pesar de todo, el contacto es suave y cálido. Rodea mi mano con las suyas, al tiempo que realiza una caricia suave con los pulgares sobre los nudillos; un cosquilleo agradable empieza a extenderse por mi piel, ascendiendo por mi muñeca, mi brazo, hasta mi pecho. Es como una caricia amorosa e interminable que enciende mis nervios y los hace chispear, despertando un escalofrío. Suspiro involuntariamente.

Entonces así es como se siente la magia.

Aquellos ojos verdes me observan con la misma dulzura que mostró en la casa de Fermín y, al igual que entonces, siento como si atrapara algo en mi interior.

—¿Lo sientes? Estás reaccionando a mi magia, puedes percibirla porque hay magia dormida en ti. Cuando te toco, —Desliza una de sus yemas por mi antebrazo, despertando un nuevo hormigueo a su paso—, y sientes que la piel se te eriza, es porque tu propia magia despierta, solo un poco, para encontrarse con la mía. Supe que había algo especial en ti en el momento en que nos conocimos, y resultó que ser que somos iguales. —Aprieta mi mano, sonríe—. Sé que eres inteligente, Daniela, comprendes lo que sucede a tu alrededor mejor que la mayoría. Eres madura para tu edad, te lo aseguro. Puedo ayudarte a desarrollar tu verdadero potencial.

No soy la protagonista #PGP2024Where stories live. Discover now