La voz de Jimin - Winrina/Jiminjeong G!P

Capítulo 21

Minjeong

A las ocho de la noche, la lluvia caía con fuerza, los truenos habían comenzado a retumbar, y los relámpagos zigzagueaban por el cielo.

Me senté acurrucada en mi habitación, Cooper en mi regazo. La sensación de esa noche volvió a fluir sobre mí mientras estaba sentada ahí. Ahora lo manejaba mejor, pero sabía que ese fuerte estruendo que sonaba para mí siempre me recordaría sentirme sola e indefensa.

Tenía varias velas encendidas alrededor de mi habitación en caso de que se fuera la luz. Normalmente, las velas brindaban una atmósfera romántica y relajante, pero esta noche las sombras que proyectaban en las paredes que me rodeaban hicieron que la tormenta fuera aún más aterradora, más desconcertante.

Escuché un suave golpe en mi puerta y me sobresalté. Cooper alzó las orejas y ladró suavemente.

¿Quién diablos era?

Mi ritmo cardíaco se aceleró mientras me levantaba lentamente de la cama y caminaba de puntillas por el pasillo, con Cooper pisándome los talones.

Fui a la ventana delantera y me asomé por la cortina donde apenas podía ver mi porche frente a la puerta. Jimin estaba parada ahí, mirándome mientras yo la miraba. Mi corazón comenzó a latir con fuerza cuando vi su forma empapada, sus jeans y su camiseta blanca pegados a su cuerpo. Oh Dios, debe haber caminado hasta aquí bajo el aguacero.

Solo dudé por un segundo antes de correr hacia la puerta y abrirla de golpe al sonido de la lluvia golpeando el suelo frente a mi porche. Un fuerte trueno sacudió la cabaña y salté levemente, causando que Jimin diera un paso hacia mí.

"¿Qué estás haciendo aquí?", Yo pregunté.

No te gustan las tormentas, respondió ella.

Ladeé la cabeza, confundida.

¿Caminaste una milla bajo la lluvia porque no me gustan las tormentas eléctricas?

Dudó por un segundo, mirando hacia otro lado, frunciendo el ceño ligeramente. Luego me miró y dijo simplemente, sí.

Hizo una pausa, con expresión de dolor. Sé que probablemente soy la última persona que quieres ver en este momento, pero pensé que si me sentaba en tu porche, no te asustarías. No estarías sola.

Oh Dios.

No pude evitarlo, hice un puchero y comencé a llorar.

Jimin dio un paso tentativo hacia mí y me pidió permiso en silencio mientras me miraba a los ojos. Asentí con la cabeza, reconociendo su pregunta tácita, y ella me tomó en sus brazos y me apretó contra ella.

Levanté mis brazos alrededor de ella y enterré mi cara en su cuello, respirando su aroma limpio y lluvioso. Lloré en silencio en sus brazos durante varios minutos mientras me abrazaba, frotando círculos en mi espalda, su cálido aliento en mi oído, su ropa empapada también me empapaba. Durante esos minutos, no me di cuenta de los truenos y la lluvia que caía ruidosamente a nuestro alrededor; durante esos minutos, solo éramos ella y yo, y nada más.

No estaba segura de qué pensar. Solo sabía que esto se sentía bien. Todavía era mi mejor amiga, mi niña dulce y silenciosa, y la había extrañado tanto que me dolía. Me había lastimado y, sin embargo, me aferré a ella como si mi vida dependiera de ello.

Después de unos minutos, me eché hacia atrás, mirando su rostro. Ella me miró con tanta dulzura y ternura que mi corazón se apretó con fuerza en mi pecho.

Me lastimaste, dije, retrocediendo.

La tristeza llenó su expresión y asintió, reconociendo que sabía que lo había hecho.
   
                  
Déjame arreglarlo, dijo ella, por favor. Quiero arreglarlo. ¿Qué puedo hacer?