Baila [1]

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Baila.

19 de Junio, año 2021.

Un suspiro es lo último que me queda por hacer para calmar los nervios que abundan dentro de mí. Mis piernas se mueven dándole a mi cuerpo ese calor que necesita en estos momentos, mi corazón late con rapidez, esta adrenalina es necesaria, sé que todo saldrá bien.

Me veo una última vez en el espejo, la canción está a punto de terminar. Mi maquillaje no es exagerado, mi rutina será suficiente para llamar la atención.

Voy toda de negro. Yo misma elegí mi vestuario, perfecto para el género musical, transmite lo que quiero dar a conocer.

Es un short negro de cuero, con un top manga larga y unas mallas brillantes colgando en mis piernas. Mi cabello va suelto, lleno de ondas y en abundancia, es perfecto para este concurso.

Escucho como la música se apaga, los aplausos se hacen presentes y un chico sale de la tarima directo al camerino. Está sudado, y al contrario de mí, va todo de blanco, me llama la atención que su vestuario tiene chispas de colores vibrantes.

Rosa, verde, azul, todo neón. Tal vez me sirva de inspiración para otra ocasión.

No me centro mucho en él y me acerco a las escaleras, mis pies se mueven, me encuentro ansiosa, no es fácil volver a una tarima luego de cuatro años sin hacerlo, el miedo me consume pero decido ser positiva y confiar plenamente en mí.

La presentadora vuelve a hablar, sé que ha llegado el momento, me preparo mentalmente para lo que se aproxima y me doy unas cuantas palabras de ánimo a mi misma en mi mente.

Si puedo, si puedo.

Sin embargo, cuando voy a subir el primer escalón, a mi espalda percibo una voz desconocida, frunzo el ceño antes de girarme y no puedo evitar sentirme sorprendida cuando noto que el chico que acaba de competir es quien me llama.

¿A caso lo conozco?

Si lo conociera sin duda me acordaría de él, no suelo olvidar nada de lo que pasa a mi al rededor con facilidad.

-Oye chica-me llama aquel sujeto que sin duda acabo de conocer.

Mi ojos café oscuro se encuentra con los suyos, quizá un poco más claros que los míos. Confundida le hago una seña para que continúe, él levanta sus pulgares y me dedica una sonrisa amable.

-Mucha mierda-le sonrio en forma agradecimiento ya que definitivamente sabe utilizar el lenguaje artístico-. Ah, y muévete.

No me dedico a girarme, pero sonrío, tal vez eran las únicas palabras que necesitaba para volver a recordar lo buena que soy en esto.

Es mi vida, y sé que es lo que me apasiona.

Tal vez solo necesitaba alguien que me hiciera caer en la realidad.

-¡Con ustedes! ¡Adaia!

Ignoro el hecho de que estoy sumamente nerviosa y corro hasta la tarima, dando una vuelta y luego una reverencia hacia el público, veo como el gentío se vuelve repentinamente loco por mi llegada, supongo que es normal.

MuéveteTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang