Intensamente asustada [15]

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Intensamente asustada.

Estando las dos en la carpa completamente solas y cara cara puedo notar que su mirada es fría y no tiene intenciones de hablarme, pues muy poco sus ojos se posan en mí y su boca permanece cerrada, entonces decido ser yo quien rompa el extenso sile...

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Estando las dos en la carpa completamente solas y cara cara puedo notar que su mirada es fría y no tiene intenciones de hablarme, pues muy poco sus ojos se posan en mí y su boca permanece cerrada, entonces decido ser yo quien rompa el extenso silencio que nos consume.

—¿Qué te he hecho?—es lo primero que digo y de inmediato siento mis ojos arder—. ¿He sido una mala amiga? ¿Es eso? Dime algo, porque no lo entiendo.

Venecia no me mira pero noto que su labio tiembla ligeramente y sus mejillas comienzan a tornarse de un color rojo. No obtengo una respuesta por su parte, y eso me cabrea.

—Estoy hablando contigo, no con el fantasma que está a mi lado.

Sigue sin inmutarse y es aquí donde entiendo que no tiene caso seguir luchado con esto sola, si ella no quiere hablarme o al menos colaborar, está bien, lo acepto.

—Vale, entonces no hay nada de que hablar. La amistad de cuatro años se va a la mierda y yo quedo como la mala. Me queda muy claro la amiga que eres, Danna.

Sus ojos se clavan por primera vez en mí y veo el dolor en ellos. Lo sé, sé que odia que la llamen así. Danna Venecia es su nombre, desde que nos conocimos me pidió encarecidamente de que jamás la llamara de esa manera. Respeté su decisión y lo hice aún cuando nunca supe cual era el odio a su nombre ¿lo ven? Nunca termina de ser sincera conmigo.

—No vuelvas a hacerlo. No sabes lo que siento—dice tan fríamente que me eriza los vellos de la piel.

—Claro que no se lo que sientes. He estado todo este tiempo intentando entenderte, darte tu espacio. Incluso me agradó tanto que conocieras a Ryan... pensé que con eso te unirías más a mí, aunque resultó siendo todo lo contrario.

El nudo permanece en mi garganta impidiéndome respirar con normalidad. Ella junta sus labios y sus ojos se cristalizan, y hace un ademán de hablar, pero se retracta. Repite el proceso unas veces más llenándome de desesperación.

—Me gustaba Milan—suelta como una bomba y de inmediato evita mi mirada.

Siento el shock apoderarse de mi cuerpo, mis labios se abren ligeramente y evito soltar un jadeo. En este momento siento como si fuera impactado un golpe en mi estómago dejándome sin habla y con dificultad para respirar. No puedo responder, no puedo moverme y siento lágrimas calientes bajar por mis mejillas.

—Lo conocí hace un año por su hermana en una fiesta. Nunca hablamos, pero sentí atracción por él. Cuando lo vi junto a ti sentí ilusión de que estuviera en mi círculo cercano, aunque ya no sentía tanto por él pero... veo que solo se enamoró.

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