4- Levantandome

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El fin de semana pasó muy rápido, Paola y Axel estuvieron conmigo todo el día, no hablamos de lo sucedido y vimos películas en el cuarto de mi hermana hasta aburrirnos. Yo me sentía muy culpable por lo que hice, volví a romper la promesa, rompí el trato que hice con la psiquiatra, tengo más marcas en mis brazos que estarán allí recordándome siempre lo que fui, lo que soy.

Estoy esperando mi turno para entrar a ver a Susan, Axel está sentado junto a mi sujetando mi mano y diciéndome que todo esta bien.

Entré al consultorio y ella ya estaba sentada con su libreta y su lápiz esperándome, me hace señas para que tome asiento y hago lo que pide.

-Hola Victoria, ¿cómo estás? -me dice con su gran sonrisa, como siempre.

-No muy bien. -es lo único que logro articular, ni siquiera le respondo el saludo.

-¿Y por que no estas muy bien?

No puedo responderle nada, de mis labios no quieren salir palabras así que subo con cuidado las mangas de mi camisa y le enseño mis brazos, grandes cortadas los decoran y yo tiemblo como papel, ella los mira y luego me mira directo a los ojos, yo bajo rápido mis mangas e intento controlar mi respiración.

Ella no dice nada, sólo me mira -Rompí el trato.

-Lo sé. -la miré confundida- Tu hermana me llamó y me lo dijo, le di instrucciones sobre lo que debía hacer.

-Oh. -suspiré- Los decepcioné a los tres.

-No, no, no, ¿por qué crees que nos decepcionaste? Victoria recuerda que dijimos que no seria fácil todo este proceso, haciéndote daño no es una buena manera de solucionar las cosas o aliviar el dolor, debes ser fuerte y recordar que no estas sola. -me sonrió de lado- Ahora, ¿te sentiste mejor luego de autolesionarte?

-No, me sentí culpable por lo que hice, como una porquería de persona.

-No lo eres, eres una excelente chica. ¿cómo te sientes en este momento respecto a eso?

-Pues por una parte me siento bien porque están conmigo y no me han dejado sola pero también siento que los he decepcionado. -cerré los ojos y suspiré- Doctora, ¿podríamos continuar con lo que dejamos el viernes? -pregunté nerviosa.

-No hay apuro por continuar, podemos ir al ritmo que desees y que te haga bien. ¿Por qué quieres continuar?

-Porque mientras siga guardando todo esto, me va a hacer mas daño. Necesito sacarlo todo y entre mas rápido, mejor. ¿Puedo continuar?

-Entiendo. -respondió y anotó en su libreta- Antes de continuar tengo unas preguntas que hacerte sobre lo que contaste la sesión pasada, ¿puedo?

-S-si, claro, pregunte lo que sea.

Achicó los ojos y leyó su libreta. -¿Por qué decidiste llamar a tu hermana y no a la policía?

-No lo sé, supongo que fue por la impresión, porque mi madre nunca acudió a la policía y porque ella era lo único que me quedaba en el mundo.

-¿Cómo era tu relación con Paola en ese tiempo?

-Era muy buena, pasaba casi todos los fines de semana con ella y con su papá, el me quería mucho y era lo más cercano que tenía a un padre, me pasaban a buscar a la escuela y me llevaban a comer helados. Nuestra relación era excelente, era mi escape de casa hasta que Giovanni murió de cáncer unos meses antes que mi madre y Paola se fue a vivir con su abuela, la veía una o dos veces al mes.

-¿Ella sabía lo que pasaba en tu casa?

-Solo sabía que las parejas de mi mamá eran borrachos y agresivos.

Una Chica con ProblemasWhere stories live. Discover now