9- Tu felicidad.

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Han pasado 4 días desde que salí del hospital, ahora duermo en la habitación de Paola y junto con Axel han quitado todas las puertas de las habitaciones reemplazándolas por cortinas para que no pueda encerrarme; es algo extremista, lo sé.

Estos días he estado aquí en casa intentando recuperarme y no caer de nuevo, a veces mis demonios son demasiado fuertes y gritan, gritan muy alto para que les preste atención y haga lo que ellos dicen, es difícil hacerlos callar, es difícil fingir que nada pasa dentro de mi, que "estoy bien", pero no quiero que se preocupen por mi y no quiero hacerlos sentir mal, así que me he cosido una sonrisa en la cara igual que la Doctora Susan. Además, Axel me acompaña y no me deja sola en ningún momento del día, hasta que llega mi hermana y regresa a su casa, ha estado faltando al colegio por mi y eso es muy lindo.

-0-

Estamos en la sala viendo mi película favorita, "El Rey León", y Axel se esta burlando de mi porque me se todo el dialogo y canto todas las canciones.

-Poderoso Rey seré, sin oposición. Pues yo nunca he visto un Rey León que no tenga mechón, tin. Nunca ha... -mi canto se ve interrumpido por la ruidosa y hermosa risa de Axel.

-No sé lo que es mas gracioso. -paró de reír e intentó calmar su respiración- Si las diferentes voces que haces con cada canción y personaje o que hagas hasta los sonidos. -se limpió una lágrima imaginaria.

-No te rías. -golpeé suavemente su hombro- Me cortas la inspiración para cantar.

-Esta bien, esta bien. -alzó las manos en señal de rendición- Continúa, pioja.

-Ya no es divertido. -hice un puchero y él me pellizcó los cachetes.

-No tienes idea de lo mucho que te quiero.

Esas palabras me dejan en shock y siento mis mejillas arder, pongo pausa a la película y lo miro.

-Ax, no, por favor no hagas eso. No digas que me quieres.

-¿Por qué no hacerlo? Es lo que siento y mis padres me han enseñado a decir siempre lo que siento. -se movió hasta quedar a centímetros de mi cara y me sujetó con delicadeza- Te quiero Victoria.

Aparté sus manos de mi rostro -No Axel, no debes quererme. -las lágrimas comenzaron a acumularse y amenazan con salir- Yo no estoy bien, ni siquiera soy capaz de quererme a mi misma, m-me odio, tu mereces algo mucho mejor y no un desastre de persona como lo soy yo.

-¡No! -tapó su cara con sus manos y suspiró- ¿Qué tengo que hacer para que te des cuenta de que te quiero y estoy enamorado de ti?

-Axel. -sin poder evitarlo las gotas comenzaron a correr- Yo quiero que tu seas feliz y lo siento mucho, pero yo estoy muy lejos de ser tu felicidad. -apartó mis lágrimas con sus pulgares- Yo... Yo vivo un infierno en mi mente, te-tengo ganas de desaparecer y... me he... me he intentado qui-quitar la vida varias veces.

-Pedirme que no te quiera es como pedirle a las estrellas que no brillen Victoria. -besó mis manos- Tu eres mi felicidad, tu infierno y tus demonios son míos también, quiero estar contigo, quiero cuidar de ti.

Me abalanzo sobre el y lo abrazo; abrazar a la persona que quieres por iniciativa propia se siente realmente bien.

-No quiero arrastrarte conmigo. -le dije sin romper el abrazo.

-No te dejaré sola mi pequeña y linda pioja.

Me aparté lentamente de él -Lo sé, sólo no quiero hacerte daño, eres demasiado importante para mi.

-Si me alejas de ti me harás daño, permíteme estar a tu lado, por favor.

-Eso suena muy tentador pero me temo que debes volver mañana al colegio, tu mamá debe odiarme por hacerte faltar tanto.

Sonrió -De hecho ella quiere que te lleve a la casa para conocerte. -todo sentimiento de dolor desaparece y es reemplazado por el pánico -Ja, ja. Quita esa cara, irás cuando quieras ir.

O sea nunca, obviamente no le responderé eso así que voy a optar por sonreír.

-A ninguna madre le gusta que su hijo falte a clases Axel.

-Mi madre es la excepción, ella es... Diferente, luego la conocerás y verás que tengo razón. -pellizcó mi nariz- Volveré cuando tu lo hagas.

Suspiro -Aún me quedan un par de días de reposo, no estoy lista para volver.

-¿Por qué? ¿Qué crees que pasará cuando vuelvas? Nunca te ha importado la opinión que tengan los demás sobre ti si no recuerdo mal.

-Pues en realidad si me importa, duele que me vean como un fenómeno, duele que susurren cosas cuando paso junto a ellos, realmente duele, se que siempre hago como si no me importara pero no es así, duele.

Me abraza, coloca mi cabeza en su cuello y acaricia mi cabello, podría quedarme así por siempre.

-Eres diferente a las demás personas, eres demasiado especial y única y las personas le temen a lo diferente, se sienten eclipsados y tal vez amenazados. Debes hablar de esto con la psiquiatra si todavía no lo has hecho, ¿cuándo debemos ir?

Me quede callada, la psiquiatra, ese es un tema que no quiero tocar ya que la última vez que la vi fui muy grosera.

-Victoria, si volverás a ir, ¿verdad?

-Cambias de tema muy rápido, estábamos hablando sobre el colegio y ahora cambias dejando el tema anterior inconcluso. -me excusé para no seguir con eso.

-Una cosa lleva a la otra y charlar contigo me encanta, ahora escucha con atención; Victoria debes ir a tus citas con la psiquiatra porque son muy importantes si queremos superar el pasado y avanzar.

Me escondí más en su cuello -Lo sé y de verdad quiero dejar de sentir todo esto pero se ve tan difícil, lejano e imposible que me aterra, y la última vez que estuve allí las cosas se salieron de control.

-Eso es normal que suceda, no puedes olvidarlo todo de un solo golpe, ojalá pudieras pero no se puede. Será poco a poco, además yo estaré esperando por ti afuera.

-No deberías hacerlo, en serio. Estas a tiempo de bajarte del autobús que te lleva a mi infierno y ser feliz.

-No haré eso, no hay manera de que me baje porque yo manejo ese autobús y te repito de nuevo, mi felicidad eres tu.

-Eso esta mal, no mereces eso, yo no merezco tu preocupación ni mucho menos tu amor. Soy como un huracán, una tormenta, hay muchas cosas que están mal en mi, soy una chica con problemas, graves problemas Ax.

-¿Y eso que? Eres mi chica con problemas.

Una Chica con ProblemasWhere stories live. Discover now