Una Chica con Problemas

19- Controla tus impulsos.

Desaparecer, ¿no les ha pasado que tienen la necesidad de desaparecer? De salir corriendo, gritar, lejos de todo aquello que molesta y perturba, de escapar del mundo, salir de casa y no regresar jamás, querer ir a un sitio donde puedas ser tu misma sin que nadie te juzgue, dejar de pretender, simplemente mandar a la mierda todo e irte. ¿No? Porque yo si, cada día de mi vida.

Tengo una pequeña niña que me adora y para ella yo soy su modelo a seguir, una hermana mayor que me cuida mucho más de lo que mi madre me cuidó alguna vez, un novio guapo que me ama incondicionalmente, personas que se preocupan por mi como los padres de Axel y la doctora Susan, pero aún me sigo sintiendo vacía.

Pretender, fingir, sonreír, romperme en silencio, tragarme los nudos que se forman en mi garganta y volver a pretender.

Estoy rodeada de personas pero me siento... Sola. ¿Por qué hago esto? ¿Por qué no hablo con ellos y les digo lo que sucede? Porque a veces es mas fácil fingir una sonrisa que decir lo que realmente sientes, no los quiero lastimar, no quiero que se preocupen por mi, no lo valgo.

No lograrían entender ni la mitad de lo que pienso o siento, no están en mi cabeza, no saben las cosas horribles que pasan por allí, los pensamientos autodestructivos, las pesadillas, los recuerdos, el odio; creo que lo mejor es no involucrar a nadie en esto.

No pueden hacer nada mas, he ido a terapia, he cumplido con todo y he puesto de mi parte, me ha costado mucho y aun así sigo sintiéndome vacía y deprimida. En pocos días será mi cumpleaños número 18, justo un día antes de la graduación, no más estúpido instituto, Paola ya no será mi tutora, seré libre y nadie va a tener la obligación de cargar conmigo.

Debo aprovechar estos últimos días que quedan de clases para planear mi dulce venganza, estudiar el ambiente y llevar a cabo la operación: "Liquidemos a las perras", no puedo perder el tiempo así que no pienso quedarme todo el día en casa.

Veo a través de mi ventana que el cielo esta comenzando a aclararse, así que deduzco que deben ser alrededor de las 5:45 de la madrugada o por ahí, ¿por qué estoy despierta? Pues porque no he podido dormir bien, tuve dos pesadillas y ya mi cerebro ha tenido suficiente, me da miedo quedarme dormida de nuevo y que la oscuridad se apodere de mi sueño.

Axel duerme plácidamente aferrado a mi cintura, se ve tan tranquilo, debe estar soñando algo bonito; lo envidio, quisiera poder dormir como él.

No quiero despertarlo así que me muevo con cuidado y pongo a cocó (un peluche de tortuga enorme que él me regaló) en sus brazos reemplazando a mi cintura, salgo sigilosamente de la cama y me meto al baño, me doy una ducha larga y relajante con agua caliente, lavo mis dientes y salgo del baño con sólo una toalla cubriendo mi cuerpo, total, Axel esta dormido.

Busco en el closet algo decente que ponerme cuando de repente una mano se posa en mi hombro haciendo que que chille del susto y me sobresalte.

-¿Qué estás haciendo? -preguntó Axel con el ceño fruncido.

-No vuelvas a hacer eso en tu vida. ¡Podía haber muerto del susto! -me aferré a la toalla.

-Te pregunto nuevamente Victoria, ¿qué estás haciendo? -está molesto, lo noto en su voz.

-P-pues voy a vestirme para ir a clases. -respondí como si fuese lo más normal.

-No vas a ir al instituto, tienes la cara roja todavía. -se dió la vuelta y tiró de mi brazo para arrastrarme de vuelta a la cama pero me planté en el suelo, me soltó y suspiró encarandome nuevamente- He dicho que no vas a ir, Victoria, y eso es algo que no pienso discutir.

-Voy a ir y no vas a impedírmelo. -abrió la boca para refutar pero alcé la mano haciéndolo callar- No voy a dejar que esas perras me vean derrotada, no les daré el gusto.