Una Chica con Problemas

Epílogo

Paola.

Obligué a mí cuerpo a despertarse, lo de ayer me dejó agotada pero tenía que levantarme a hacer el desayuno.

Prepararía la comida favorita de Victoria para ayudarla a sentirse mejor.

Con pesadez me levanté de la cama, entré al baño a asearme y salí todavía en pijama con dirección a la cocina. Al tocar el pomo de la puerta mi pie pisó algo, un papel.

Lo levanté del piso y lo examiné, decía mi nombre con la letra de Victoria.

Mierda.

"Paola.

Hermana, antes de que decidas matarme quiero decirte que te amo, agradezco todo lo que haces por mí pero debes vivir tu vida.
No fue justo para ti que tuvieras que cargar con una niña rota de 14 años siendo tu tan joven, nadie te preguntó si estabas preparada para hacerlo, tú sólo lo hiciste y ya. Pero ya es hora de que vivas, ya es tu momento.
Yo debo hacer esto, yo necesito esto.
Sabes muy bien que no he mejorado, sabes perfectamente que recreo noche tras noche lo que pasó ese día. Simplemente no puedo seguir aquí.
No es por ti, tu eres la mejor hermana que alguien pueda tener. Eres lo único que tengo y por eso sé que entenderás mis razones.
Te llamaré, tranquila.

Victoria".

-0-

Axel.

La luz que se filtraba a través de la ventana me despertó. Victoria no estaba a mi lado, la busqué con la mirada por la habitación pero no la vi.

Supuse que después de lo que sucedió ayer estaría abajo, tratando de culparse a sí misma por un error que ella ni siquiera cometió.

Me levanté apresuradamente de la cama, necesitaba verla, necesitaba hacerle saber que ella no tenía la culpa de nada, que no estaba sola. Necesitaba demostrarle que yo estoy y estaré siempre aquí para protegerla y salvarla de ella misma. Necesitaba besarla, abrazarla y decirle cuánto la amo.

Cuando estaba por salir de la habitación un papel blanco que descansaba sobre la almohada del lado de Victoria, llamó mi atención.

Con las manos temblorosas lo tomé.

"Axel.

La verdad es que no sé cómo hacer esto. Axel, lo siento.
Todo esto puede más que yo, no puedo seguir pretendiendo que todo marcha bien cuando no es así.
No puedo seguir escondiendo quien soy.
Estoy rota, estoy rota en tantos pedacitos que es imposible pegarlos.
Lo único que me mantiene en pie eres tú, pero estoy tan llena de inseguridades que ni siquiera puedo disfrutar del amor que sientes por mí, no te merezco.
No te mereces tener que cargar conmigo, con mi odio.
Cada día de mi vida es un infierno, estoy llena de ira y tristeza.
Cuando siento que doy un paso hacia adelante algo pasa y retrocedo tres.
Te amo como nunca he amado ni amaré a nadie, pero necesito salir de este abismo, necesito alejarme de los recuerdos y de todo lo que me hace daño. Tu eres el alivio de mi alma, la cura, pero yo soy el veneno, un veneno tan potente que arrasa con todo.
Amo cada parte de ti, amo tu sonrisa de medio lado que hace que tú hoyuelo sobresalga.
Amo cuando te da el sol en la cara porque tus ojos se ponen más claritos y se vuelven casi transparentes.
Amo tus suaves manos sobre mi piel.
Amo tus besos que me vuelven loca y me desarman completamente.
Amo que me obligues a cuidar de mi.
Amo tus sentimientos que son los más nobles que he visto en mi vida.
Amo el hombre que eres y el que sé que llegarás a ser.
Amo todo, todo de ti, pero ya no puedo quedarme aquí.
Yo soy un estorbo en tu camino. ¿Imaginas cómo sería tu vida conmigo? Todos los días un sufrimiento, una carga, una vuelta al hospital, llanto incontrolable y culpa. No quiero eso para ti, quiero que seas feliz, mi amor.
Por favor, no trates de buscarme. Olvídate de mí, cumple tus sueños, ve a la universidad que desees, conoce otras chicas, vive tu vida, Axel.
Te amo y te amaré por siempre.

Victoria".

No.

Esto no puede ser.

Esto no está pasando.

Todavía estoy durmiendo, este es un maldito sueño. No, una maldita pesadilla.

Corro al cuarto de Paola y abro la puerta sin siquiera tocar. Está sentada sobre la cama llorando con un papel igual al mío en sus manos.

Levanta la vista hacia mí y me abraza.

Lloro.

Grito.

Me rompo en mil pedazos.

Se fue.