10- No digas lo siento

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-No estoy lista todavía. -di la vuelta para regresar por donde vine pero él me agarró por la manga de la camisa antes de que pudiera escapar.

-Ya hablamos de esto pequeña, vamos a pasar. -entrelazó nuestras manos y nos adentramos en el edificio.

Axel me había convencido de venir a ver a la psiquiatra, el mismo llamó y programó la cita pero me arrepentí apenas estuve frente al edificio.

Subimos hasta el consultorio, Axel me dio un beso en la frente y se sentó, respiré profundo y me paré frente a la puerta.

-No puedo. -giré hacia Axel- Mejor vayámonos.

Me miró, divertido -Entra, ya estamos aquí Vic.

-Señorita. -llamó la secretaria con un tono irritante y cara de fastidio- La Doctora la espera desde hace diez minutos, será mejor que deje de perder el tiempo y pase.

Iba a gritarle que bajara su tonito conmigo pero las palabras se quedaron en mi boca cuando la puerta detrás de mi se abrió de repente y Susan asomó la cabeza.

-Victoria. -pronunció con su característica sonrisa cosida a la cara- Te estaba esperando, pasa cariño. -se hizo a un lado para dejarme pasar.

Suspiré y entre maldiciendo en voz baja, escuché la puerta cerrarse y a la Doctora dar unos pasos.

-Su secretaria es una perra amargada. -solté de golpe, abrí los ojos como platos y me tape la boca, ella reía a carcajadas- Lo siento, sólo se me salió sin pensar.

-Descuida, no pasa nada. -respondió entre risas- Toma asiento por favor.

Hice lo que me pidió mientras ella buscaba su cuaderno y su lápiz, una vez los tuvo, se sentó y me miró.

-¿Cómo estás, Victoria?

-Antes de comenzar, quiero pedirle disculpas. -comencé a jugar con mis manos- Y-yo de verdad lo siento, la última vez que estuve aquí me comporté muy mal y en serio lo lamento.

-No hiciste nada malo, solo expresaste lo que sentías.

-Pero le grité y fui muy grosera, lo siento. -fijé mi vista en mis manos.

-Tranquila cariño, es algo normal, forma parte del proceso. Ahora bien, supe del incidente. -levanté la vista- ¿Quieres hablar sobre eso?

-No. -respondí al instante y solté una risa melancólica- No quiero hablar de eso pero sé que debo hacerlo.

-Recuerda que esta es tu hora y puedes hablar de lo que quieras, no te sientas obligada a responder nada.

-No puedo evitar no sentirme obligada, son cosas de las que no quiero hablar pero que es necesario hacerlo si quiero avanzar.

Me miró sin expresión alguna en su rostro.

-¿Sabes algo Victoria? -encogí los hombros- En el tiempo que tienes viniendo a mis consultas he podido determinar que eres una joven muy determinada, reflexiva y capaz.

-Yo no lo creo así.

-¿Por qué no? -ahora me miraba curiosa.

-Porque si fuese reflexiva no haría las cosas que hago. -anotó en su libreta antes de responderme.

-Eso no quiere decir que no seas reflexiva, igual lo eres, siempre piensas en todo, detallas a las personas, sabes que lo que haces no está bien e intentas salir adelante, intentas avanzar y superar el pasado. -se acomodó en su sillón y me puso una mano en el hombro- A pesar de los tropiezos y caídas sigues con la determinación de avanzar, ¿sabes por qué?

Una Chica con ProblemasWhere stories live. Discover now