6- Estoy Sola

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-Hola Doctora -dije con la vista clavada al suelo.

-Bienvenida de nuevo Victoria ¿Cómo te sientes hoy?

-Calmada tal vez. -caí en el sillón y la miré a los ojos- ¿Le digo algo? Los demonios en mi cabeza quieren que me haga daño.

-¿Cuáles demonios?

-Los que viven dentro de mi, yo también soy un monstruo.

-No, no lo eres. -tomó mi mano- Eres una chica que ha pasado por mucho y esta luchando por dejarlo todo atrás, después de la tormenta viene la calma y ya tu tormenta pasó.

-¡NO! -grité, aparte su mano y me levanté de golpe- ¡NO HA PASADO Y NUNCA PASARA MIENTRAS SIGA VIVA! -caí de rodillas y lloré, ella se levantó y me acarició el cabello.

-Shhh, tranquila. -me levantó por los hombros y nos sentamos de nuevo- Debes dejarlo salir, debes sacar todo lo que te atormenta y te molesta.

-Siento que no puedo, que vivo en el abismo y nunca saldré de este infierno. Yo soy mi propio demonio, sólo yo. ¡NO PUEDO MÁS!

-Cariño, no puedes mejorar de un día para otro, todo lleva su tiempo, sólo debes querer hacerlo ¿de acuerdo? -asentí.

-Debo seguir con la historia. -le dije con la voz quebrada, todavía estaba temblando.

-Mi niña tal vez hoy debamos hablar de otro tema ¿te parece?

-¡NO! -grité- Lo siento, no debí gritar, no quiero hablar de otro tema, ¿puedo continuar con la historia?

-Claro que si, recuerda que es tu hora y la puedes usar a tu gusto cariño. -dijo sonriendo y anotando.

-Ya le hablé sobre mis princesas Ana y Mia, ahora contaré lo que vino después.

-Antes de que continúes, ¿por qué las llamas "tus princesas"?

-Porque lo son, ellas son perfectas, son delgadas y hermosas, todas queremos ser como ellas.

-¿Todas?

-Si, las chicas de instagram. -me puse nerviosa, nadie sabe sobre esto.

-¿De instagram? -asentí- ¿Qué hay en instagram? -sigue anotando en su endemoniada libreta.

-Eso es lo que sigue de la historia, como conocí la comunidad suicida.

Dejó de anotar y me miró -Te escucho.

-Bien, eh... Los estudiantes de mi instituto notaron el gran cambio en mi, se dieron cuenta que había bajado mucho de peso, demasiado, allí comenzaron las burlas y los maltratos, me decían cosas horribles y algunos se provocaban las arcadas cuando pasaba junto a ellos. Llegaba a casa derrotada y destrozada por todo lo que escuchaba en el día y es que, ellos tenían razón; era un fenómeno, era la muerte en vida, aún lo soy. -dije lo último tan bajo que la psiquiatra no escuchó- Y hacia lo único que me podía aliviar: cortarme, ponía música a todo volumen y me dejaba llevar por el ritmo y las hojillas, tirada en el piso de mi baño con un cigarro en los labios. ¿Sabe? A veces me pregunto cómo es que mis compañeros se dieron cuenta de los cambios y mi hermana, la persona con la que vivo, no.

-Hay personas que son mas observadoras que otras y si dices que intentabas ser la hermana perfecta ante ella, jamás lo iba a notar.

-Tal vez si hubiese tenido el valor de hablar con ella desde un principio, nada de esto hubiese pasado. -le dije tirando de las mangas de mi suéter.

-No pienses en el "si hubiese", piensa en el ahora, en el futuro. -me agarró los brazos y subió un poco las mangas- Esto es el pasado, esto te va a hacer una chica muy fuerte a futuro. Sólo debes dejarte ayudar y querer mejorar.

-Estoy dando todo de mi para hacerlo, Doctora. -me sonrió, definitivamente tiene la sonrisa cosida a la cara, no hay duda- Voy a continuar. -hace un gesto para que lo haga.

»Un día las chicas de mi salón me rodearon y comenzaron a meterse conmigo, me empujaron, halaron mi cabello, agarraron mi bolso y sacaron todo lo que había adentro tirando las cosas por el suelo, me gritaban cosas horribles y las personas alrededor solo se reían, no me ayudaban. Comenzó a faltarme el aire y estaba mareada, ellas seguían torturándome; reaccioné, le pegue un puñetazo a la líder por la cara y comencé a golpearla sin piedad, no iba a dejar que siguieran haciéndome daño, ya había tenido suficiente con todos los ex de mi madre.

»No se quien me apartó de esa estúpida Barbie, pero cuando la vi estaba hecha un desastre, tenía la ceja partida, la nariz le sangraba, tenia hematomas en la cara y su cabello parecía un nido de pájaros, yo tenia parte de su cabello en mi mano; por suerte no me expulsaron ni llamaron a mi hermana, mis buenas notas me salvaron. Desde ese día nadie más volvió a meterse conmigo, sólo murmuraban cosas entre ellos cuando yo pasaba o me miraban con asco; todavía lo hacen.

-¿Como te sentías y te sientes respecto a eso? -a veces sus preguntas realmente logran desesperarme.

-Pues me daba igual, ni bien ni mal, como ahora, se pueden ir todos a la mierda con sus opiniones sobre mi. -le respondí un poco borde, suspiré- Ellos no me conocen, no saben nada de mi, da igual lo que digan.

Escribió algo en su estúpida libreta y mi cabeza comenzó a palpitar, cerré los ojos y coloqué los dedos en mi sien.

-Entonces, ¿cómo fue que conociste lo que tu llamas... -observa la libreta y luego vuelve a posar sus ojos en mi- ...comunidad suicida?

-A eso voy. -vuelvo a responderle cortante y alza una ceja- Lo siento, es solo que n-no me estoy sintiendo bien.

-Podemos parar si quieres y lo dejamos para la próxima cita. -me dijo y su semblante cambió a uno preocupado.

-¡Ya le dije que no quiero! Voy a continuar la maldita historia para poder dejar toda la mierda atrás y poder estar tranquila POR UNA JODIDA VEZ. -grité, mi pulso estaba a mil.

Ella sólo me miraba, su expresión no me decía nada, sólo estaba mirándome de una forma neutral hasta que poco a poco dibujó una sonrisa en su rostro. No entendía nada, esta tipa estaba loca.

-No sabes cuanto me alegra que quieras dejar todo atrás, que quieras salir de ese mundo en el que una vez estuviste atrapada. -buscó las pelotas y me las dio.

Suspiré -¿Puedo seguir contándole cómo fue que me convertí en el parásito que soy?

-No eres un parásito Victoria, debes dejar de ser tan despectiva y denigrante contigo misma. Es parte de avanzar, debes comenzar a quererte.

Me reí sarcasticamente -¿Quererme? -asiente- ¡Soy basura! ¡Soy un maldito saco de huesos! ¡Estoy rota! ¡Nunca voy a avanzar porque las cicatrices nunca se van a quitar! ¡Nunca podré salir de esto, me va a perseguir a donde quiera que vaya! -me di cuenta de que estaba de pie y llorando, me limpié las lágrimas con el dorso de la camisa y dije en un susurro- Yo debí morir, no ella.

Caminé hacia la salida y cerré de un portazo.

Una Chica con ProblemasWhere stories live. Discover now