Capítulo 14.

125 7 1
                                    


Desde aquella noche donde la profesora le regaló aquel pequeño pingüino habían pasado varias semanas.  Se habían encontrado por casualidad un par de veces, pero se limitaban a saludarse con educación y poco más. 

Mar no paraba de darle vueltas a todo lo que había pasado en tan poco tiempo, la sensación constante de malestar que tenía era nueva para ella, y no entendía porque le afectaba tanto cualquier comportamiento de Loreto. 

- Pero a ver hermana, ¿Por qué no hablas con ella?  No sé quizás le pasa algo y por eso está distante ¿no? - Dijo Paula que era más de solucionar las cosas en el momento sin darle muchas vueltas.

- Yo pasaría de ella, es decir, llamaría a la puerta, le daría el muñequito, y ala a tomar por culo, porque desde que apareció estás como gilipollas - dijo su cuñado que no se caracterizaba por tener mucho tacto.

- Eso hijo, tú dando ánimos - dijo Paula mirándolo con cara de pocos amigos.

- Tiene razón - dijo Mar mirando a su hermana y su cuñado - Quizás lo que debería de hacer es eso, entregarle su pingüino. Al final lo que siento es que le debo algo al tenerlo, y por mucho que quiera un acercamiento ella se mantiene distante, y joder, no la conozco prácticamente nada como para estar comiéndome la cabeza día si y día también.

- ¡Ves! Lo que yo digo -  volvió a insistir Tomás, que tenía claro que lo mejor era que se alejara de la profesora.

- Quizás es ese el problema - dijo Valentina sentándose en el suelo tras coger una cerveza de la nevera - No la conoces, no os estáis conociendo, estáis actuando como si llevarais años una en la vida de la otra, y obvio que no. Sois dos completas desconocidas que por alguna razón de la vida habéis coincidido y conectado, aunque no lo parezca. Si de verdad Rufino, es tan importante para Loreto, no entiendo porque te lo va a dar si no hubiese una mínima conexión o un mínimo resquicio de que algo le importas. Joder es que es muy fácil pensar mal, pero Mar, no puedes olvidar que tu comportamiento delante de ella no ha sido especialmente bueno, entonces quizás ella quiera tomar distancia por eso mismo, para no sufrir, pero claro te tiene que conocer, y tú en vez de ponérselo fácil, estás huyendo, estás haciéndote  la mártir para decir que bastante estas haciendo tú ya, y perdona que te lo diga amiga, pero no estás haciendo nada, nada más que quejarte. 

Las miradas de todos los allí presentes se dirigieron hacia Valentina, que después de dar su discurso le dio un sorbo a la cerveza que tenía en la mano.

- No mirarme así - contestó al ver que todos se quedaron en silencio mientras la miraban con cara de pocos amigos - Sabéis que tengo razón. No es la primera vez Mar que llega alguien y por tu miedo a que pase algo más, por h o por b lo dejas ir. Te da miedo a sufrir y por ello alejas a cualquier persona nueva de tu vida, y tía te estás equivocando.

-¿Qué me estoy equivocando? - preguntó Mar a la defensiva.

- A ver vamos a tener la fiesta en paz - añadió Paula que conocía a su hermana y estaba viendo que aquella conversación no le estaba sentando bien. 

- No, no, que hable, porque es que me estoy perdiendo - respondió Mar molesta.

- Para mí, si te estas equivocando - volvió a recalcar Valentina en un tono muy pacífico - Esa chica entró en tu vida hace nada y menos, de no ser nadie ha pasado a ser tu comida de olla día tras día, hasta el punto que le pegaste a otra tía, cosa que en ti era impensable. Te pasas el día con ese muñeco encima y pensando en si esa chica te habla o no te habla ¿No crees que todo esto es distinto a todo lo que has vivido? ¿No crees que en vez de ponerte a la defensiva y en calidad de mártir deberías arriesgar un poco a ver como sale? No sé, llamadme loca, pero yo veo algo, no sé el qué, pero veo que de aquí se puede sacar algo. 

- Tienes mucho miedo a enamorarte y creo que eso te lleva a querer huir siempre - añadió Javi, que estaba totalmente de acuerdo con su novia.

- Pero ¿Estáis tontos? - dijo Javi escuchando a sus amigos - Si la tia pasa olímpicamente de su culo ¿Cómo cojones va a ir a buscarla? Vamos yo es que alucino.

Mar se levantó del sillón en el que estaba sentada, con los ojos vidriosos, y no por lo que Javi había dicho, que lo podía entender porque no quería que sufriera, pero quizás aquello que le habían dicho Val y Tomás, le había removido.

- No te vayas, ven - dijo Paula que conocía muy bien a su gemela y sabía que estaba a punto de romperse - Todos te queremos Mar, sabes que lo único que queremos es tu felicidad y ahora mismo no lo eres. Cada uno te damos nuestro punto de vista, y tú ya coges el que más vaya contigo, pero queremos hacerte ver que seguir así  no es la opción. O decides arriesgar o no, pero en stand by no puedes estar, porque te está afectando hasta a tu vida profesional, y no es justo. 

Valentina se levantó y se acercó a su amiga, le pasó la mano por los hombros y a la atrajo sobre ella dándole un beso en la frente.

- Lo siento - dijo - Yo lo único que quería decirte es que tienes que perder el miedo a sufrir, vales demasiado Mar y te mereces ser feliz, pero para ello te tienes que arriesgar, no puedes esperar que todo te venga mascado, y sobre todo no puedes tener miedo a enamorarte, porque puede salir mal , claro que si, pero ¿Y si sale bien? ¿Y si esa persona es la mujer de tu vida y la estás dejando ir por miedo?

- No te disculpes de verdad - añadió Mar con los ojos vidriosos - no sé porqué soy así, pero no lo puedo evitar, y no sé si quiero arriesgarme, esa chica ha conseguido que yo, la tía más pacífica del mundo se muera de celos y le pegue a alguien, joder, yo no soy así y no quiero serlo.

- Eso no te define - añadió Tomás que vio como su cuñada y mejor amiga estaba sacando lo que llevaba dentro - Eso nos podría pasar a todos, no somos perfectos, ni tú tampoco, tenemos derecho a equivocarnos, y aunque yo no soy partidario de que vayas detrás de esa tía, es verdad que si llegaste a actuar así es porque te remueve mucho.

Estaban todos muy emocionados con la conversación cuando escucharon unos gritos que venían desde fuera.

-¿Escucháis eso? - dijo Javi levantándose del sillón y dirigiéndose a la puerta.

- No,  ¿Qué pasa? - dijo Valentina que no sabía a que se refería su novio.

- Son gritos, se escucha como llorar - añadió Paula mirando por la ventana.

- ¡ES LORETO!- gritó Mar dando un salto corriendo hacia la puerta.

Todos los allí presentes se miraron y vieron como la veterinaria salía pitando de la casa.


Chica nueva en el puebloWhere stories live. Discover now